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Leal, Chávez y Fidel

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Fidel recibe a Hugo Chávez en la Universidad de La Habana, el 14 de diciembre de 1994. Foto: Estudios Revolución / Sitio Fidel Soldado de las Ideas

La muerte de Eusebio Leal sacudió la isla. Vi llorar a cubanos de todos los sectores y de todos los colores, profesionales, obreros, poetas, periodistas, gentes venidas desde distintos lugares de Cuba, cronistas que le han seguido el rastro, amigos, mujeres y hombres que se cruzaron con él alguna vez en la presentación de un libro o en la calle. ¿Por qué le quieren tanto? Su amiga desde hace décadas, la cineasta Rebeca Chávez, me dijo con voz quebrada que le querían porque representaba, en el siglo XX y aún más allá, "un monumento cubano, como La Habana".

Me hago también esa pregunta y la mejor respuesta que encuentro no va por los caminos ya recorridos en los múltiples obituarios que le han dedicado al Historiador de La Habana, quien murió el pasado 31 de julio, a los 77 años. Era, sin dudas, un espíritu renacentista y uno de los grandes oradores de la historia de un país que no ha carecido de ellos.  Católico y comunista, idealista y hombre práctico, alguien que defendió “centavo a centavo, ladrillo a ladrillo, la obra del Centro histórico”, dice Rebeca. Era todo eso, pero también un intelectual de fino instinto político que, sin proponérselo, tomó decisiones que transformaron al continente latinoamericano. 

Fue Leal quien invitó a Hugo Chávez a La Habana y aquella primera visita a Cuba en diciembre de 1994, con Fidel Castro rindiéndole honores de Jefe de Estado al joven militar, cambió el curso de la Historia en la región.

Los detalles están narrados en El Encuentro, un libro que escribí con el periodista Luis Báez a partir del testimonio de todos sus protagonistas. En julio de 1994, el Teniente Coronel venezolano y héroe de una rebelión militar por la que había penado dos años en la cárcel, ofrecía una conferencia de prensa en el Ateneo de Caracas: “Cuando ya casi me iba, me dijeron que había un cubano hablando de Bolívar en una de las salas del piso superior. Subí́, pero cuando llegué, ya estaba terminando. La impartía Eusebio Leal, el primer cubano que me invitó a la Isla”, nos contaría Chávez diez años después, en un vuelo de La Habana a Caracas.

Comparto con los lectores un fragmento de la entrevista que me concedió Eusebio para ese libro. El testimonio, poco conocido, no solo hace justicia a todos los protagonistas de esta historia. Revela la especial sensibilidad del Historiador de La Habana y da nuevas pistas de por qué lloran los cubanos en esta despedida en la que no han faltado flores, música y “sábanas blancas colgadas en los balcones”, como dice el estribillo de una canción del cantautor Gerardo Alfonso que todo habanero asocia con Leal andando por su amada ciudad.

Cuenta Eusebio en El Encuentro:

En muy poco tiempo, Chávez se convertirá en uno de los discípulos más sinceros de Fidel. No es el único, pero sí uno muy especial. Es un discípulo que considera a Fidel –y lo ha dicho–, como un padre, hasta el extremo de darle el arma con que luchó; hasta el extremo de ser fiel a su amistad y, en el momento terrible del golpe de Estado, de haberlo llamado y de haber sido consecuente con lo que Fidel le dijo. Y hasta el extremo de haber logrado sembrar él también lo suficiente para que fuera su propio pueblo quien lo sacara del encierro y le devolviera lo que legítimamente había conquistado.

Algún día nos preguntaremos si, en estos años difíciles que hemos vivido, podríamos haber existido sin la Venezuela bolivariana, sin el espíritu de solidaridad de ese país. Una solidaridad que no ha sido solo para Cuba, porque en medio del egoísmo y de las tonterías con que a veces se analiza la probable concertación latinoamericana, por lo general no se hace nada concreto.

Sin embargo, el gobierno de Chávez ha apoyado a los pueblos más pobres, a los más desgraciados. Como lo ha hecho Cuba. A mí me han comentado por ahí: “Bueno, pero a Cuba le cuesta mucho esa solidaridad”, por los kilómetros de médicos que tiene en los lugares más recónditos de Venezuela. Y les digo: “Nadie podría retribuir lo suficiente una sola noche de insomnio de un médico, de un ginecólogo, de un estomatólogo ... Nadie sabe mejor que ellos lo que es el dolor humano, y lo que significa ese otro maravilloso sentimiento que es la gratitud. Si fuéramos a contar todo en dólares –que sería fatídico–, entonces nuestra deuda no sería pagada. Pero si lo vamos a contar en términos de lo que Cuba y Venezuela han hecho por el ser humano que sufre y por el amigo que lo necesita, está suficientemente pagada. Y eso nada más lo entiende el que siente que debe y puede hacer algo por la humanidad.

Descargue en Cubadebate el libro de Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez: El Encuentro (2005)

(Publicado originalmente en La Jornada, de México)

Se han publicado 13 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Jose R Oro dijo:

    Formidable articulo de la destacada periodista cubana Rosa Miriam Elizalde! Establecer presencialmente ese vinculo entre Fidel, Chavez y Eusebio, es algo de la mayor relevancia, tiene una gran originalidad de pensamiento y genera nuevos espacios de como el comunismo puede surgir de diferentes extracciones sociales y que la fe que profesan muchas personas no es antagonista del compromiso con los pueblos Gran escrito para cerrar el dia de este aniversario 17 de Cubadebate!

  • Iraida dijo:

    Rosa Miriam muy buen por tu artículo, exhorto al q no lo haya hecho, descargas el libro El Encuentro, lo he leído varias veces y lo haría otra vez su fuera necesario, muy abarcador en lo que respecta a las interioridades de la vida y trayectoria de Chavez y sus encuentros con Fidel, el jaranero de Sabaneta.

  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    Canto a canto se dibuja la obra íntegra de Eusebio Leal Spengler. Tiene efectivamente para los destinos de Nuestra América un valor trascendente ésa invitación a Chávez. Nos queda un mundo por descubrir en el legado de Eusebio.

  • Rafael Emilio Cervantes Martínez dijo:

    Gracias Rosa Miriam.

  • Ingrid Rodriguez Crespo dijo:

    Tuve la gran oportunidad de compartir un especial momento con el Dr. Eusebio, junto a mi pequeño sobrino de 9 años y dos buenos amigos hace dos fines de año. Su sueño de tener soldaditos de plomo se hacia realidad y compartio esa alegria con nosotros. La ternura y humildad con la que agradecio a los compañeros que los habian elaborado dejo una huella de amor en todos los presentes. Converso con el pequeño como si fuera otro niño, sin dejar de explicarle lo que representaba este momento en su vida con explicaciones de historia que solo el con su maestria podia hacer. Los niños cubanos tambien han llorado la muerte de Eusebio y como dice Arielito le agradecen mucho todo lo que hizo por ellos.

  • Eduardo González S. dijo:

    Ojalá pueda ver de nuevo la intervención de Leal en el Congreso del PCC que examinó la cuestión de los creyentes al Partido cuando expresó refiriéndose a Fidel (mi cita es de memoria): "Ese es el hombre que hizo de mí un comunista ¡y que está sentado al frente de esta sala por la gracia de Dios!"

  • Cruz dijo:

    Grandioso, Enorme, Inmortal. Estara siempre entre nosotros

  • Yudiel dijo:

    Gracias por compartir semejante historia con nosotros, que buena esta historia

  • Juan Carlos Subiaut Suárez dijo:

    Estimada Rosa Miriam:
    Ud ha sido una protagonista privilegiada al acercarse y documentar una de las facetas menos conocidas de Eusebio Leal. Como relata, remitiéndose a un libro de su autoría - El encuentro-: "Era [..] también un intelectual de fino instinto político que, sin proponérselo, tomó decisiones que transformaron al continente latinoamericano." En silencio y sin ánimos de protagonismo, "invitó a Hugo Chávez a La Habana y aquella primera visita a Cuba en diciembre de 1994, con Fidel Castro rindiéndole honores de Jefe de Estado al joven militar, cambió el curso de la Historia en la región".
    En días atrás comenté sobre la simbiosis que se dió en Leal. Sigo tomando prestadas sus palabras "...Católico y comunista, idealista y hombre práctico..." en uno de tantos artículos que se han hecho en su homenaje, este escrito por un hombre de fe, el Reverendo Joel Suárez. Este, consternado por la partida del amigo, le dedica varios epítetos, incluso refiriéndose a Leal como sacerdote. Una forista practicamente lo atacó por esa denominación. En defensa del Rev. Suárez, quien considero además una persona muy instruida y medida a los elogios, expresé: Una forista ha levantado el polvo. Según ella, referirse a Leal como sacerdote es, cuando no una herejía, un error. Se respeta mucho a sí mismo, respetó y quiso mucho a Leal y es una persona muy respetable el Reverendo Joel Suárez. Si conocemos de Leal su fuerte afiliación católica (en un pasado incluso vilipendiada e incomprendida por muchos), afiliación que proclamó y defendió siempre, que lo llevó a incluso sostener relaciones estrechas con la jerarquía de esa iglesia en nuestro país, fue condecorado por la Santa Sede y recibido por Papas, pero además desarrolló una fuerte labor ecuménica entre representantes de religiones protestantes y afrocubanas. En el sentido estricto de la palabra, no creo que fuera ordenado sacerdote. Pero en el sentido amplio, hizo de su vida un sacerdocio, uniendo sus creencias y sentimientos religiosos a un acendrado amor por la historia patria, al legado de las generaciones anteriores, al patrimonio y una fidelidad y lealtad a la Revolución. En este sentido, y no soy religioso, quizás estoy transgrediendo algún precepto, pero defiendo la designación que hace el autor. Sacerdote, si, y si este vocablo se pudiera enaltecer, además de todo lo bueno y justo que se ha expresado de Leal, sería nuestro sacerdote Leal, y si Roma permite o acepta la iniciativa de canonización, sería nuestro Santo, San Eusebio Leal de la Habana.

  • Lucila dijo:

    Hermoso reportaje, me sacó las lagrimas!

  • roberto vallina dijo:

    viva leal

  • guillermo ramirez dijo:

    Rosa Miriam, como es usual, su exposicion es brillante y la comparto " al 100".
    Le ruego tenga la amabilidad de localizar en las bibliotecas,el brevisimo cuento de Angel Arango titulado "Un inesperado visitante",cuya lectura le hara meditar.El autor es Cubano y fue publicado hace como 30 años.

  • guillermo ramirez dijo:

    Camarada Jose R. Oro, como afirma Silvio Rodriguez en su cancion "El Mayor", el hombre se hizo siempre de todo material...........

Se han publicado 13 comentarios



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Rosa Miriam Elizalde

Rosa Miriam Elizalde

Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y Vicepresidenta de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros "Antes de que se me olvide", "Jineteros en La Habana" y "Chávez Nuestro", entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo "Juan Gualberto Gómez" y el Premio Nacional "José Martí", por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.

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