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La Reforma universitaria

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Foto: Archivo.

Transcurría el año 1918 cuando en Córdoba, Argentina, estallaba un brote renovador que muy pronto, como mancha de aceite, se extendería a la América Latina toda. Un siglo después de haberse desgajado nuestras repúblicas del dominio de España las universidades permanecían anquilosadas.

La propuesta transformadora de los jóvenes argentinos incluía aspectos de orden académico, pero se proyectaba mucho más allá. Problematizaba, en términos innovadores, la función del alto centro docente en la sociedad. Estudiantes asumían responsabilidades políticas, culturales y educacionales con vistas a salvar las brechas que los separaban de las masas populares desamparadas.

Aunque el contexto desfavorable cercenó la realización total del propósito, el modelo introdujo algunos cambios.  Aparecieron en todas partes departamentos de extensión cultural que, en alguna medida, trataron de paliar las deficiencias de las políticas gubernamentales y, sobre todo, a partir de entonces las universidades se convirtieron en focos de fermento de ideas y de participación juvenil en la vida pública.

En Julio Antonio Mella coincidieron el cuerpo atlético y la inteligencia poderosa, dotada para conjugar el análisis de la realidad concreta con la lectura provechosa, libre de esquemas y simplificaciones dogmáticas, de Marx y Martí. Asimiló la lección renovadora de la Reforma universitaria de Córdoba. Animó la fundación de la FEU, intentó depurar el claustro de los profesores adocenados y dio cauce a la creación de la Universidad Popular José Martí, destinada a la formación de la clase obrera.

Asesinado en México por la tiranía de Machado, algunos logros iniciales fueron cercenados. Pero la semilla estaba sembrada. La juventud universitaria se lanzó al combate. Dejó una estela de mártires, a quienes se les rendía homenaje cada 30 de septiembre, fecha de la caída de Rafael Trejo en 1930.

La tradición se radicalizó al perpetrarse el golpe de Estado de Fulgencio Batista. Las universidades se convirtieron en centros propulsores de acciones combatientes que trascendían la voluntad de derrocar la dictadura. Había que modificar las raíces de un sistema conformado por la dependencia del capital foráneo y los rezagos del neocolonialismo.

Sin embargo, el proyecto reformador de la enseñanza había quedado trunco. Al cumplirse un año de la Campaña de Alfabetización tomaba cuerpo el rediseño integral de la educación superior. Para fundar soberanía en el área del conocimiento se abrieron las hasta entonces inexistentes facultades de Economía y Biología.

En la base de la pirámide, el departamento devino la célula básica que articulaba investigación y docencia, configuraba programas y planes de estudio, planeaba la superación permanente del claustro y emprendía la urgente actualización y modernización del saber en los distintos ámbitos de la ciencia. En la Universidad Central de Las Villas, el Che había llamado a los centros de educación superior a pintarse de pueblo.

Para los profesores de entonces, muchos de ellos novicios, se planteaba un desafío gigantesco de estudio y búsqueda de amplias fuentes bibliográficas. Era una carrera contra el tiempo, porque los estudiantes de nuevo ingreso estaban tocando a las puertas. En algunas áreas pudo contarse con la colaboración de especialistas procedentes de otros países. Llegaron de la América Latina, de Europa occidental, de Estados Unidos y de los países socialistas. Deslumbrados por los rasgos singulares de una Revolución triunfante que enlazaba el movimiento de liberación nacional con la proyección hacia el socialismo, los movía un generoso espíritu solidario.

Inmersos en el empeño de participar en la edificación de un país, no habíamos cobrado conciencia de tener una asignatura pendiente. No bastaba con instruir. Era necesario formar. Para hacerlo, resultaba indispensable conocer la Cuba que habíamos heredado. Pasar de la concepción teórica de la naturaleza del subdesarrollo al contacto concreto con sus dimensiones sociales y culturales.

Fidel convocó a impulsar un trabajo de animación sociocultural en zonas intrincadas de la isla. Con entusiasmo misionero acopiamos un muestrario de imágenes de las artes visuales y selecciones de textos literarios. Marchamos dispuestos a enseñar. Topamos entonces con el universo largamente marginado en lo profundo de la sociedad. Nos sentimos desarmados. Comprendimos la necesidad de forjar herramientas para edificar el diálogo con el otro. De maestros nos convertimos en aprendices. Modificamos definitivamente nuestra noción de cultura, entendida ahora desde perspectivas antropológicas y sociales.

Integrada al proyecto transformador revolucionario, la Reforma universitaria modernizó la enseñanza. Abrió la mirada hacia anchos horizontes. Siguiendo el precepto martiano, injertó el saber del mundo en el tronco de nuestras repúblicas.

(Tomado de Juventud Rebelde)

Se han publicado 7 comentarios



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  • Rigoberto García Martín dijo:

    Sólo con las normas de seguridad nuestros médicos no lo dicen el nasobuco y cuidemos nuestro planeta que Dios los amo mucho

  • Leandro dijo:

    Mucho es lo logrado; mucho falta por hacer. Creo que en la Educación Superior han existido avances y retrocesos. Nuevamente se hace necesario pintar de pueblo nuestras universidades, aun cuando en ese sentido hayamos logrado una universidad diferente a la que encontró el Ché en Santa Clara. Muchas veces queremos en los cargos de dirección del país negros y mestizos; pero hoy cualquier cargo de dirección exige por lo general nivel universitario: ¿Están proporcionalmente representados en las universidades los negros y mestzos? ¿Los hijos de obreros y campesinos? ¿Los jóvenes de barrios "vulnerables"?. A mi juicio es algo que hay que revisar de inmdiato a reserva de que se hace necesario trabajar intencionalmente desde las comunidades y las familias a más largo plazo. Martí advirtió que sin igualdad de cultura no hay igualdad social posible; pero creo que se trata de una unidad dialéctica: para que haya igualdad social se necesita de igualdad de cultura; para lograr igualdad de cultura hace falta igualdad social.

    • Orlando dijo:

      Hay algo que no entiendo hace de un tiempo para acá se viene hablando de la proposición de negro y mulatos, de población de Barrios Vulnerables que estudian en universidades y mi pregunta es ha cambiado la forma de entrar a realizar estudios universitarios en Cuba, ¿ya no es por rendimiento académicos? Es que se habla de proporción como si la entrada a la universidad es por via de selección de la sociedad y no por índice académico

  • Jorge Reynaldo Aguilera Guerra dijo:

    Universidad y Academia en algunas ramas el lazo es más fuerte y aparejado a las necesidades del saber, lo que está pidiendo el país y fortalezas del graduado que recién egresa que en otras. Digamos las Ciencias Médicas con Fidel al frente, la Biotecnología, la Minería en Moa, la Arquitectura, el Derecho, el Diseño, las RI, las especialidades culturales, deportivas y militares.
    Donde hay que apretar: en las Ciencias Económicas Técnicas y Agropecuarias llevar el joven a la realidad de la vida, de las fábricas, que no se resuelve con pasantía y debe comenzar por la preparación práctica de los claustros, en 1986, 2000
    Profesorales del Minbas iban por 2 años para la producción en permutación con profesores, pero la idea no cristalizó, cuanto hubiese representado, la situación ahora es más difícil de carencias, transporte pero la vinculación entre la teoría y la practica no se debe olvidar, muy importante abrir ventanas entre profesores y estudiantes de los Politécnicos, como cantera, como intercambio, no solo los Preuniversitario deben constituir el enlace central de nuestras colinas.
    Muchas Gracias

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    Magnifico profesora. El protagonista e iniciador de esa reforma universitaria que brillantemente nos comenta profesora, fue un joven atlético y audaz, no un académico, o un intelectual estudioso de la materia. Las ideas nuevas y revolucionarias son valor agregado de la juventud, los jóvenes deben asumir un mayor protagonismo en el perfeccionamiento y reforma universitaria que exige nuestro actual sistema educacional. Los viejos en ocasiones no compartimos esa tesis, sumergidos en el océano de las costumbres y hábitos anclados muchas veces por nuestro ego, actuando inconscientemente como un freno, nos aferramos a nuestros insaciables deseos de seguir aportando y sirviendo a la sociedad como forma de sentirnos útiles y realizados. Pero la realidad profesora es que actuamos como un freno cuando se trata de visualizar desarrollo. Invariablemente el país necesita una reforma universitaria que nos catapulte al pelotón de países de vanguardia que guían el desarrollo del mundo. Como lo hizo Japón en su momento y como lo viene haciendo actualmente con lo más avanzado de la ciencia reformando su sistema educacional. El socialismo ahí tiene una de sus mayores ventajas.

    Una reforma universitaria tiene muchas aristas, argumento la idea desde una sola de ellas; los avances logrados en la neurociencia, un desafíos en educación si se quiere lograr más desarrollo. El ejemplo más simple, la memorización, una herramienta muy valiosa que siempre lo ha sido, y que hoy es fuertemente atacada, una tendencia no bien pensada que le aporta una mala fama a la memorización como método de aprendizaje, una herramienta que durante miles de años fue la única manera de aprender, pero que ahora vamos al extremo opuesto, al punto de decir que no es necesaria en lo más mínimo, cuando los logros más recientes de la neurociencia han demostrado todo lo contrario, que las conexiones necesarias para el aprendizaje se producen en la memoria de largo plazo, situadas en el neocórtex. Cuando aprendes algo bien es porque lo has almacenado en la memoria de largo plazo y a ese conocimiento vas después con tu memoria de trabajo, que está en el córtex prefrontal cuando lo necesitas, todo gracias a que has logrado ese almacenamiento dentro de un proceso de práctica alternado.

    El problema no es memorizar sino la forma en que lo estamos intentando hacer. Reforzar la memoria con ejercicios prácticos continuos y alternados, para los casos en que sea posible, sería la clave en el sistema de enseñanza, eso es lo que cementa el vínculo entre la memoria de trabajo y la memoria de largo plazo, si te limitas a leer algo, no pasa de la memoria de trabajo. Ahí entra a jugar el cansancio y la pérdida de concentración. En eso, la neurociencia ha confirmado 'la técnica pomodoro' que en los años ochenta popularizó el italiano Francesco Cirillo, basado en períodos de concentración de 25 minutos seguidos por breves descansos. Él no sabía lo que la neurociencia ha descubierto ahora, pero esa pequeña interrupción tras la concentración ayuda a tu hipocampo a depositar parte de la información adquirida en tu memoria de largo plazo y te permite estar fresco para el siguiente tramo. La neurociencia ya se está usando en países como Japón para entender cómo aprenden los alumnos, apartir de ahí se diseñan procesos de aprendizaje que se ajustan a las necesidades de cada estudiante en la medida de lo posible.

    Según la neurociencia la única manera para NO APRENDER un idioma extranjero es hacerlo en la etapa de la escuela secundaria y aun mucho peor, hacerlo dentro de un aula, porque al cerebro le cuesta mucho aprender otro idioma de manera abstracta y a esa edad. Según estos hallazgos científicos, una de las mejores maneras de aprender un idioma extranjero es en clases de deporte y antes de la etapa de secundaria, pero eso que es un logro científico, cuesta mucho trabajo llevarlo a la práctica docente, porque el sistema educativo está diseñado rígidamente de acuerdo con las necesidades y criterios de los adultos. De ahí profesora que dentro de una reforma universitaria no sea tan descabellado iniciar una carrera de idioma universitaria en su etapa de pregrado, en especial en idiomas extranjeros mas difíciles, desde la primaria, iniciando desde esos primeros momentos una captación de alumnos dentro de un proceso universitario de avanzada que le permita al alumno obtener ese título universitario de licenciado en idiomas al concluir y vencer sus estudios de secundaria básica. Etapa esa de secundaria básica que el alumno emplearía para desarrollar y validar las prácticas de idiomas. La universidad debe llegar al momento óptimo y más productivo del aprendizaje del ser humano, a la altura del desarrollo tecnológico logrado, para eso lo primero es que no deben existir límites de edades que definan algunas carreas, los adelantos de la neurociencia debe ser la brújula para descubrir esos momentos óptimos ampliando así el papel y la influencia de la universidad en todo el sistema educacional, como un solo sistema, rompiendo los actuales muros mentales que ella misma ha creado. El desarrollo exige una nueva y diferente conceptualización de las universidades, una universidad plástica que se adapte más al desarrollo de habilidades diferentes y superiores que muestran nuestros niños y jóvenes, una realidad que no podemos seguir ignorando.

  • jrm dijo:

    Yo creo que cuando la Municipalización de la enseñanza, después Universalización, se buscó una maayor incorporación de jóvenes a la Universidad. Hay en nuestras comunidades, barrios, localidades muchos jovenes con potencialidades para carreras universittarias, considero que ha llegado el momento de repetir esa experiencia, con las adecuaciones pertinentes, hay que ir al rescate de esa juventud,prepararla para resolver los problemas de su comunidad, algo así habló el Presidente Canel.
    No puede seguir prevaleciendo el criterio academicista, sin dejar de tener la importancia requerida por supuesto. Las comunidades ahora no favorecidas han de tener su cuota para garantizar los profesionales que iran transformando su realidad.

  • Leandro dijo:

    Coincido con Ud. "No puede seguir prevaleciendo el criterio academicista, sin dejar de tener la importancia requerida por supuesto. Las comunidades ahora no favorecidas ( yo agregaría y grupos sociales y familias) han de tener su cuota para garantizar los profesionales que iran transformando su realidad." Por supuesto, hasta que esa realidad se transforme. Reitero: para que haya igualdad social se necesita de igualdad de cultura, pero para lograr igualdad de cultura hace falta igualdad social.

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Graziella Pogolotti

Graziella Pogolotti

Crítica de arte, ensayista e intelectual cubana. Premio Nacional de Literatura (2005). Presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura, vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, miembro de la Academia Cubana de la Lengua y presidenta de la Fundación Alejo Carpentier.

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