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En el año que comienza

En este artículo: Cuba, Cultura, Pandemia, Salud, Sociedad
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Mi bandera. Foto: Yusmilys Dubrosky.

Acabamos de dejar atrás un año duro. A las graves repercusiones económicas de la pandemia se añaden las dolorosas marcas en el plano de la subjetividad. En la inmediatez del entorno familiar y en la extensa red de amistades que vamos construyendo a lo largo de la existencia muchos hemos percibido el desgarrante latigazo de las pérdidas irreparables. Todo ello ha sucedido en circunstancias de un necesario confinamiento que cercenó el insustituible vínculo presencial requerido para celebraciones y para el intercambio dialogante característico del ser humano, gregario por naturaleza.

Entre los caídos se contaron poetas, testigos de su tiempo, cantores de vida y esperanza. Pablo Armando Fernández había nacido en un central de Las Tunas. Movido por su vocación, en busca de horizontes más amplios para su superación y desarrollo, viajó a la capital. Poco podía ofrecerle en los áridos días de la República neocolonial. Marchó a Nueva York, donde logró edificar un núcleo de relaciones, algunas de las cuales lo acompañarían para siempre. Al triunfar la Revolución rompió las amarras, regresó a Cuba para entregarse de lleno al quehacer de la cultura, mientras daba a conocer sus versos y su obra narrativa. Atravesó momentos difíciles de incomprensión y aislamiento. Pero se mantuvo fiel al proyecto social transformador, asociado a su manera amorosa de contemplar el mundo, las cosas y la gente.

Georgina Herrera emergió de lo más profundo de la sociedad, de ese territorio matancero donde la sacarocracia del siglo XIX impulsó la producción azucarera sobre la base de la implacable explotación de la mano de obra esclava. Su vocación literaria despertó en un ambiente de desamparo e incomprensión. En esas condiciones emprendió a tientas sus primeras lecturas. Para abrirse camino se instaló en la capital, donde tuvo que desempeñarse en los más duros oficios sin renunciar nunca a una superación sistemática. Logró convertirse en escritora radial y, en los tempranos años 60 dio a conocer su primer poemario. Desde entonces no dejó de hacer obra para dar forma y voz al perfil acallado de la mujer negra.

A pesar de las huellas de la pandemia en lo íntimo de la subjetividad y de sus efectos en un panorama económico difícil, agravado por el endurecimiento del bloqueo, el modo de afrontarla reveló la confianza en nuestras fuerzas, en el precioso filón de reservas de capacidades con las que contamos. Una apuesta temprana a favor de la inversión en los campos de la educación, la ciencia y la cultura resultó vía eficaz para romper con el legado del subdesarrollo y la dependencia. Se ha traducido en la posibilidad de disponer de vacunas y de una industria con medios para producirlas en gran escala, todo ello sustentado en un factor humano dotado de saber y de sólidos principios éticos.

Es un provechoso aprendizaje que habrá de servirnos para remontar la cuesta en el año que comienza. Cambiar lo que debe ser cambiado demanda observar, con mirada escrutadora y crítica, las características del tiempo histórico en que estamos inmersos, vale decir, los contextos internacionales y nacionales.

El poder hegemónico bordea la provocación de conflictos bélicos en un mundo que almacena armas de destrucción masiva. En los países industrializados hay síntomas de resquebrajamiento de la sociedad de bienestar, aparejado a la presencia creciente de una emigración que escapa de la pobreza y de la violencia derivada de la guerra en el amplio espacio del Medio Oriente y de Afganistán, punto de partida de reacciones xenófobas que favorecen un ascenso de la extrema derecha, animada por discursos matizados por una demagogia primaria.

Los medios de comunicación y las redes sociales ejercen su influencia en la opinión pública, mientras se resienten las bases de la democracia liberal con la pérdida de legitimidad de los partidos políticos tradicionales. Para eludir las crisis, consecuencia de la superproducción de bienes, se impone un consumismo que sustituye la fabricación de mercancías duraderas por la multiplicación de lo desechable, lo cual acrecienta el ritmo de despojo de las materias primas disponibles en el planeta, empobrecido por la destrucción de la naturaleza, hasta ahora pródiga y generosa.

El insaciable apetito de riqueza se ha traducido en las señales patentes del cambio climático. Ante ese panorama incierto, una izquierda cada vez más fragmentada no logra formular un programa común con vistas a modificar estilos de vida y a construir una sociedad más justa y menos dispendiosa, única vía posible para garantizar, al mismo tiempo, la supervivencia del planeta y nuestra especie.

A pesar del asedio implacable y de las ásperas circunstancias económicas, el proyecto social que hemos asumido defiende la posibilidad de alcanzar el mayor grado de justicia y de reivindicar la dignidad del ser humano.

Corresponde en el año que comienza mirar hacia adentro, afrontar las deficiencias que comprometen el desarrollo, combatir las ilegalidades, romper con la desidia y la rutina, sacudir la inercia burocrática, impulsar el espíritu crítico y autocrítico, cultivar la participación popular en el control y la toma de decisiones, afianzar principios éticos y solidarios. Se trata, en suma, de trabajar intensamente en el terreno intangible de la subjetividad.

(Tomado de Juventud Rebelde)

Se han publicado 8 comentarios



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  • Felipe dijo:

    Primera deficiencia que pasa del 21 para el 22, en el Reparto Eléctrico ayer día primero no hubo pan para la población.

  • Santiagodelawton dijo:

    Excelente, y por la connotación de las heridas que nos deja la pandemia, recomendar erigir un monumento de recordación eterna a todos los que independientemente de su profesión, color de la piel, oficio o religión, dieron lo más preciado: su vida....allí rendir tributo y respeto en nombre de la unidad y solidaridad que caracteriza al pueblo cubano Y sus futuras generaciones..gracias Cubadebate

  • Jose R Oro dijo:

    Excelente, bellamente escrito artículo de la gran Graziella Pogolotti, orgullo de Cuba. Como no estar de acuerdo, más aún reverenciar lo que expresa.
    Solo deseo puntualizar dos puntos tratados por la eminente autora, un tanto influido por mi formación como ingeniero:
    1.- "Se trata, en suma, de trabajar intensamente en el terreno intangible de la subjetividad". No cabe duda alguna de que hay que hacerlo, esa es la esencia de la Batalla de las Ideas, punto. Cada vez es más intensa la acción mediática contra Cuba, las calumnias mentiras, canalladas de todo tipo. Los enemigos nos aventajan vastamente en recursos y tecnología de comunicación. Por nuestra parte, acortamos mucho esa ventaja diciendo la verdad. Pero la verdad debe ser clara, amplia y solo es posible trabajarla en el campo aritmético de los números enteros. No existen medias o un cuarto de verdades. Si la verdad no es completa, es mentira. Si no se dice claramente, sin ambiguedades, pierde parte de su poder y atractivo. Si se repite continuamente en la misma forma, llega a aburrir. La verdad debe ser expresada clara y creativamente, para que despliegue toda su autoridad y potestad.
    Por supuesto que es necesario, imprescindible "trabajar intensamente en el terreno intangible de la subjetividad", pero en paralelo hay que "trabajar muy, pero muy intensamente en el terreno bien tangible de la realidad y la existencia material". La propaganda enemiga logro infectar a mucha gente buena para formar los desórdenes del 11 de julio. Había también contrarrevolucionarios y lumpen, pero la mayoría de los protestantes que estaban afectados por la agresiva y constante propaganda enemiga eran ciudadanos con un muy elevado estrés consecuencia de las exacerbadas dificultades de la vida diaria. Sobre ese caldo de cultivo es que la propaganda enemiga tiene éxitos (que en este caso) fueron grandemente exagerados para hacer mas propaganda enemiga y así hasta la náusea, en una espiral de malignidad y odio.
    Tenemos que trabajar "muy intensamente" en ambas cosas, lo tangible (carne de cerdo, comida en general, transporte, vivienda, y un largo etc.) y lo intangible (batalla de las ideas, proclamar y difundir la verdad, rechazar las calumnias y mentiras, trabajar en pro de una mayor unidad de la izquierda y en general de las fuerzas progresistas de no menor trascendencia, otro largo etc.). Si no se hace los tangible y lo intangible en paralelo y con igual énfasis, ambas cosas cumplirían funciones necesarias, pero no suficientes.
    (Continuará)

  • Jose R Oro dijo:

    (Continuación)
    2.- Este segundo punto se refiere a lo que esta magníficamente expresado en el artículo. "Corresponde en el año que comienza mirar hacia adentro, afrontar las deficiencias que comprometen el desarrollo, combatir las ilegalidades, romper con la desidia y la rutina, sacudir la inercia burocrática, impulsar el espíritu crítico y autocrítico, cultivar la participación popular en el control y la toma de decisiones, afianzar principios éticos y solidarios". Pero todo esto se dice o escribe que hay que hacerlo cada año, y se va haciendo, si bien a un paso demasiado lento y a veces intermitente, para que sea plenamente efectivo. Un ejemplo de esto fue la tarea del Reordenamiento, a mi juicio tarde y mal implementada, y lo “tarde” contribuyó a lo “mal”. Coincido completamente en que 2022 será un año en que muchas de estas cosas deben ejecutarse con una gran presteza, a veces la búsqueda de la perfección no permite nacer a lo bueno.
    Por otra parte, "mirar hacia adentro, afrontar las deficiencias que comprometen el desarrollo, combatir las ilegalidades, romper con la desidia y la rutina, sacudir la inercia burocrática, impulsar el espíritu crítico y autocrítico, cultivar la participación popular en el control y la toma de decisiones, afianzar principios éticos y solidarios" es una mezcla de cosas tangibles e intangibles. "Cultivar la participación popular en el control y la toma de decisiones" es algo bien tangible, decisivo creo para " sacudir la inercia burocrática" ya que si dejamos esta tarea a los burócratas mismos, eso nunca va a suceder en la realidad, solo remedos de tal tarea. Los cambios en la construcción del socialismo deben ser bidireccionales, es decir no solamente orientados, concebidos e implementados de "arriba hacia abajo" sino y de manera inequívoca también de "abajo hacia arriba". Lo mismo es el caso de "combatir las ilegalidades" es algo concreto y no se hace suficientemente aún, pero está en nuestras manos, es un acto de voluntad y decisiones. Pero importantísimos conceptos como "afianzar principios éticos y solidarios", "impulsar el espíritu crítico y autocrítico" etc. dependen del cambio en la realidad (contexto, circunstancias) para que sucedan. Pienso que sería critico explicar de que nada de esto va a ocurrir en un año (no se debe creer en milagros, pero que este año 2022 debe evidenciar una visible, "tangible" aceleración de estos imprescindibles e inevitables procesos, magistralmente enunciados en este muy buen artículo de la gran Graziella Pogolotti.
    ¡Feliz Aniversario del Triunfo de la Revolución! ¡Feliz 2022! ¡Un fuerte abrazo cubadebatiente!

  • Michel dijo:

    En el año que comienza sería muy bueno que nuestras autoridades revisaran el comercio electrónico que están realizando las tiendas online como SUBIRANA la cual paso de brindar la posibilidad de recoger las mercancías que comercializa a obligarte a pagar 15 MLC por hacerte el envío obligatoriamente de sus ventas, no importa si estás en Plaza de la Revolución o en Regla te imponen está tarifa absurda, irracional abusiva carente de fundamentación económica alguna que lejos de favorecer el comercio, lo que están es acaballando impunemente la población encubriendo su ineficacia. Espero me publiquen.

  • Cubano82 dijo:

    En este 2022 se debe hacer muchas cosas para mejorar la economía familiar de todos los cubanos, tratar de ver algún fruto de la tarea ordenamiento en el nivel de vida de todos los cubanos, en mi caso particular no he tenido ningún beneficio en la economía particular mía con el Ordenamiento. Ojalá se trabaje rápido y con el salario pueda cubrir necesidades básicas de la familia.

  • Leandro dijo:

    Estoy de acuerdo con el porfundo análisis de la destacada intelectual, partiendo del concepto que recientemente emitía el Dr. Agustín Lage cuando asguraba que "nuestra osadía de construir prosperidad material a partir de la justicia social y el acceso al conocimiento, es esencialmente un desafío cultural." Si nos quedamos en el terreno de la subjetividad sin convertir las fuerzas subjetivas en trasformaciones objetivas, esa propia subjetividad arrollará el proyecto social cubano de desarrollo socialista. Se trata de lograr una relación dialéctica entre lo intangible y lo tangible; entre la subjetividad y la objetividad; entre lo espiritual y lo material.

  • Guillermo Morán Loyola dijo:

    Palabras bellas, escritas por una mujer especial, coincido con el tema. Es hora de renovar, pues quien no busca en el pasado lo mejor de las tradiciones, no es capaz de ver en el futuro un porvenir mejor.
    La cultura cubana debe a través de la Televisión, llegar a nuestra nueva generación, con el cultivo del recuerdo de tantos aristas que brillaron en las cámaras, en el cine, y desde un micrófono.
    Aprendí a apreciar a Esther Borja, y el gan papel que hizo para los niños de entonces que como yo, comenzaban a oir canciones cubanas.
    No digo que lo nuevo sea malo, sino que para mejorar el oído, hay que aprender a reconocer desde un grupo como Los muñequitos de Matanza hasta la Orquesta Sinfónica Nacional, y ese papel lo juega la televisión.
    La Sociedad Cubana logrará mejorar, hacerse más prospera en la medida que trabajemos más, y mejor, y eduquemos mejor a las nuevas generaciones.
    gracias por tantas palabras bellas, llenas de alto significado para todos los que como usted compartimos las mismas ideas.

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Graziella Pogolotti

Graziella Pogolotti

Crítica de arte, ensayista e intelectual cubana. Premio Nacional de Literatura (2005). Presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura, vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, miembro de la Academia Cubana de la Lengua y presidenta de la Fundación Alejo Carpentier.

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