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Compartiendo la ciencia y los científicos cubanos con el mundo

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Los científicos cubanos como grupo social significativo se formaron como un producto inalienable del aliento de la Revolución Cubana y su visionario líder. Foto: ACN.

Los patrones que han gobernado los movimientos y cambios de localización de asentamientos humanos, tanto social como individualmente, han sido muy variados en la historia. Para muchos la selección natural misma de homo sapiens como especie viva es producto de ese tipo de migraciones. El escenario africano en el que llegamos a identificarnos con respecto a otros homínidos es probable que haya inducido la selección y prevalencia de esta especie al favorecer a aquellos individuos más preparados genéticamente. Esto tuvo que ver, indudablemente, con las capacidades enfrentando como especie las calamidades naturales y necesidades vitales con innovaciones, asociándose para cooperar y para alimentarse, y buscando los lugares más favorables para vivir y reproducirse.

Cuba es un archipiélago que fue poblado por migraciones de los ancestros de los seres vivos que la habitan porque surgió como territorio en el mar mucho después de que la vida apareciera sobre la tierra. Incluso se conformó como es actualmente después de que desaparecieran los dinosaurios. Todo parece indicar que mucho después de formarse la habitaron un par de olas migratorias humanas, aún más recientes que las primigenias que habitaron el continente americano y producto de estas.

Si las oleadas de tribus que poblaron este continente desde el norte asiático solo requerían saber caminar para invadir tan vastos lugares, para llegar a Cuba había que saber navegar. Lo más probable es que los primeros llegaron desde Mesoamérica por el oeste hace solo unos 7000 u 8000 años con oleadas posteriores de suramericanos desde el Orinoco por el este. Mucho más tarde llegaron los europeos hace medio milenio, conjuntamente con una migración forzada de centroafricanos traída por estos como esclavos.

Nuestra población actual se fue conformando también por inmigraciones. Muchos siguieron viniendo desde Europa y África durante los siglos XVI al XIX. Otros que habían venido desde los mismos confines a otras islas del entorno arribaban a nuestras costas como un segundo asentamiento para mejorar o sostener sus condiciones de vida.

Dos grandes estremecimientos sociales del siglo XX, primero la independencia formal de metrópolis europeas y americanas y luego la Revolución de 1959 que selló tal independencia para lograrla sin metrópolis alguna determinaron también migraciones. Los saldos de ingresos y egresos se invirtieron desde la Revolución. Mientras que fue positivo, contribuyendo a un aumento sensible de la población por este concepto en la primera mitad de ese siglo, se tornó negativo después de la transformación revolucionaria y se agudizó desde la última década del siglo pasado. Los importantes aumentos de población de Cuba en las décadas de los 60 a los 80 del pasado siglo fueron autóctonos, probablemente por primera vez en nuestra historia documentada. Se debieron al aumento de oportunidades y nivel de vida de toda la población debido a los cambios introducidos por la Revolución.

Muchos factores que no corresponde tratar aquí con detalle determinaron la emigración postrevolucionaria. Si es preciso mencionar que las condiciones de vida de todos los cubanos que habían mejorado sensiblemente después de la Revolución se comenzaron a deteriorar sensiblemente desde 1 990. Esto ocurrió por la profunda crisis económica interna que comenzó tras la descomposición del sistema de relaciones económicas internacionales al que Cuba se había adherido durante décadas. Esto había permitido la mejoría de la economía en los años 60 a los 80 aun en las condiciones de un cerco económico estricto y una hostilidad constante por parte del país más poderoso del mundo, que es vecino muy cercano.

La composición de la emigración cubana contemporánea debería ser objeto de muchos estudios sociológicos que lamentablemente son muy escasos. Esto nos obliga a hipotetizar a partir de apreciaciones personales.

El matriz de incompatibilidad política que caracterizó la primera oleada de emigrantes cubanos postrevolucionaria creó en el territorio americano más cercano y destino natural de la misma el asentamiento de una clase emprendedora y muy conocedora de la trama política que había sido desplazada por la Revolución, pero que prevalecía y prevalece sobre todo en el estado de La Florida. Esta capa de población se asimiló con relativa facilidad en el sistema norteamericano aprovechando las ventajas que se le proporcionó casi inmediatamente al aparecer como “víctimas del comunismo”. Se dictaron allí leyes federales que le dan a los cubanos los mayores privilegios posibles como inmigrantes latinoamericanos y son de hecho una estimulación a la emigración por cualquier vía, legal o ilegal. Si tal legislación se aplicara al otro país latinoamericano más cercano a los EEUU que es México, donde en muchos momentos se ha sufrido de situaciones políticas y económicas que han llevado a la violencia y la pérdida de la vida de civiles, ocurriría sin dudas un cataclismo migratorio.

Los privilegios adicionales de predominar los fenotipos europeos entre los primeros cubanos inmigrantes tras el triunfo de la Revolución que se asentaron en una sociedad sureña profundamente racista favorecieron también su empoderamiento. A esto se sumó que procedían de las capas de población que si habían tenido oportunidad de educarse en una Cuba que al triunfo revolucionario tenía un cuarto de su población analfabeta. Esas ventajas de la emigración cubana postrevolucionaria temprana a los EEUU la harían exitosa con respecto a los pobres emigrantes de otros lugares del sur continental, e incluso desde Puerto Rico.

Sin embargo, de ninguna manera predominó entonces la emigración de una intelectualidad científica o de las humanidades. Los destacados en el arte y las letras que se fueron de Cuba eran más la excepción que la regla, aunque lograran una alta y favorecida visibilidad por la naturaleza de sus profesiones una vez llegados al país del norte y a otros receptores. Los primeros emigrados de la ciencia eran mucho más excepcionales que su ya reducido número en la propia Cuba de entonces.

Los científicos cubanos como grupo social significativo se formaron como un producto inalienable del aliento de la Revolución Cubana y su visionario líder. Nacieron asociados a las tradiciones de variadas escuelas de investigación y desarrollo tecnológico, esencialmente europeas donde toda una generación de jóvenes docentes universitarios e investigadores alcanzó el doctorado durante las décadas de los años 70 y 80 del siglo XX. Esto matizó al menos una generación.

El colapso del experimento socialista europeo al final del siglo obligó a la ciencia cubana a reconfigurarse. La colaboración internacional con Europa, Canadá y América Latina se potenció y observó un importante crecimiento de la producción científica justamente en los momentos de mayor crisis económica cubana al final del siglo. La colaboración con entidades fuera del país que permitían el uso de infraestructuras que no estaban accesibles domésticamente fue determinante en muchos casos. La solidaridad de la ciencia internacional con un pequeño, aislado y asediado país pudo suplir con creces la imposibilidad de tener esa colaboración con el polo científico más importante del mundo, que paradójicamente se encuentra muy cercano geográficamente, pero cuyo gobierno ha mantenido una hostilidad sistémica a todo lo que pueda ser beneficioso a Cuba y los cubanos que la habitan.

Las condiciones económicas internas del país han llegado a ser extremas a la baja en algunos períodos desde 1990. A pesar de ello, el sistema educacional se ha sostenido en su mayor fortaleza, que es el acceso universal y gratuito, para todos y en todo el país. Esto ha permitido que las personas con inclinaciones científicas y tecnológicas pudieran educarse hasta el más alto nivel con una subvención pública total, rescatando para la ciencia un talento que se hubiera quizás empleado menos eficientemente en otras profesiones.

La contradicción que se ha ido incrementando desde los inicios de este siglo ha consistido en que las inversiones en la infraestructura científica, aun siendo relativamente modestas, se han debido concentrar en el sector de la biotecnología donde han logrado una importante utilización demostrada en el enfrentamiento a la reciente pandemia de COVID 19, donde han salvado decenas de miles de vidas.

Pero los científicos cubanos, sobre todo los más jóvenes, han sufrido las precariedades económicas de toda la población sin las alternativas que otro tipo de trabajador tiene para enfrentarlas. La dedicación que requiere el trabajo de investigaciones y desarrollo tecnológico es usualmente total, y no da oportunidades para labores suplementarias que pueden incrementar los ingresos reales y ayudar a sostener una familia.

Esto ha hecho que una alta proporción de los jóvenes y talentosos ha escogido la vida de la itinerancia académica mundial que, aun siendo muchas veces incierta, casi siempre y a golpe de trabajo y dedicación conduce a posiciones permanentes con niveles de vida decentes en casi todos los países con los que Cuba sostiene intercambio científico. Si a esto sumamos los privilegios migratorios legales o ilegales de los EEUU para los cubanos, el resultado es un importante drenaje de mucho de lo mejor del talento científico al exterior, sobre todo durante las dos décadas más recientes.

Pocos sistemas científicos pueden supervivir en estas condiciones y uno de los méritos indiscutibles de la ciencia cubana actual es justamente estarlo logrando, al menos hasta el momento.

Una consecuencia poco estudiada es la existencia resultante de una comunidad científica cubana dispersa por todo el mundo y con representación en muchos de los principales polos de desarrollo. Los vínculos afectivos y de agradecimiento al país de origen y a la escuela que los formó casi siempre son muy fuertes en la conciencia sentimental de cada uno de los cubanos que hace ciencia fuera de su Patria. Las relaciones que se establecen entre muchos de ellos y sus colegas en Cuba suelen ser muy provechosas al nivel personal para todos, los que están en Cuba y los que han emigrado.

Sin embargo, está por establecer una política oficial que propicie este tipo de intercambios y los potencie. Es incalculable el provecho que puede significar para la ciencia cubana la diversidad de campos de conocimiento, locaciones, instituciones, objetos de estudio y potencial de iniciativas que representa esa comunidad actualmente emigrada. Llama la atención también que tampoco ellos han hecho mucho por personalizarse como colectivo nacional expatriado, contrariamente a lo que ocurre con las diásporas científicas de muchos otros países.

Tampoco disponemos de una política para la recuperación de proporción alguna del potencial emigrado. Muchos han logrado un éxito importante en la aventura de otros escenarios, ya que un científico cubano que haya llevado una vida itinerante entre laboratorios variados en el mundo adiciona a su propio potencial la diversidad de experiencias exitosas y no exitosas que esto implica. El valor agregado que se obtiene durante la ausencia de un científico emigrado puede ahorrar muchos esfuerzos baldíos al reincorporarse a la ciencia de la Patria. Aumentan así las posibilidades de éxitos al desarrollar ideas novedosas que hayan sido elicitadas en ellos durante sus experiencias en otras tierras.

Se reporta que el enfoque de China para desarrollar un sistema científico de clase mundial incluyó un vigoroso conjunto de programas para atraer de regreso a investigadores chinos que habían logrado capacitación y experiencia laboral en el extranjero. Se ha demostrado que los retornados chinos publican trabajos de mayor impacto y continúan publicando más a nivel internacional que sus contrapartes nacionales. También se han convertido en enlaces fundamentales para vincular a China con el mundo científico global. Algo similar se podría lograr con el valioso capital de innovación en nuestro caso, que aplicado al bienestar del pueblo cubano puede tener consecuencias extraordinariamente positivas.

Se han publicado 13 comentarios



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  • ly dijo:

    ...exelente artículo para tener en cuenta....

    • Jorge dijo:

      Muy interesante y valiente artículo. En mi opinión, toda la primera parte se pudo resumir porque la emigración después de 1990 es la esencia de este artículo.

      Por otro lado, el ejemplo de China es muy bueno, pero China le ofrecía ventajas a esa diáspora científica y aquí, es vivir con las mismas limitaciones que se fueron. No es un atractivo para regresar.

      Creo que hay que analizar 2 variantes, esa de atraerlos con ventajas reales ( y olvidar los tabúes de que todos tenemos que vivir igual). Y la otra es fomentar (de verdad) un intercambio sistemático con ellos, favorecer que vengan 1 mes a impartir conferencias, cursos cortos, etc. A cualquier facultad universitaria cubana le será provechoso recibir esta preparación, con las actualizaciones y puntos de vista generalmente de países del Primer Mundo. Pero, ambas cosas hoy son un tabú. Gracias, Prof. Montero. El MES tiene la palabra.

  • Rodney dijo:

    Un artículo de oro! Para ser analizado por el gobierno y motivar una política gubernamental consecuente! Lamentablemente las visiones estrechas perduran, muchos prefieren que se queden de taxistas, porteros,... en mi opinión ahí si habríamos perdido totalmente la inversión realizada.

  • Luisa Campuzano dijo:

    Excelente presentación, análisis y recomendaciones. Con respecto a éstas, países desarrollados hay también necesidad de que regresen muchos de los especialistas emigrados. En España hay lo que llaman Programa de retorno de talento. En Italia también. Tengo amigos de ambos países que por esta vía encontraron trabajo en universidades después de años de becas en el extranjero. También habría que considerar la posibilidad de que fueran tutores a distancia o de que ofrecieran cursos cortos o entrenamientos también a distancia o cuando viajan a la isla a ver a la familia.

  • fbl dijo:

    Profe, muy acertado y real su comentario. La ciencia cubana debe nutrirse de los profesionales egresados de sus universidades. Es menester del gobierno, instituciones y universidades hacer atractiva la propuesta de futuro de los jóvenes, de forma que se logre el retorno de maestrantes, doctores y postdoctores. Es hora de potenciar el intercambio, facilitarlo.
    La política actual ha demostrado su decadencia. Los jóvenes nos marchamos del país, sin esperanza de volver, la realidad no atrae. Cuan diferente fue en su generación, donde salieron a formarse, conocieron otras formas de vida y luego eligieron la suya propia. Creo que debemos volver a estas ideas.
    No juzguemos a los jóvenes que no encuentran alternativa de vida, y terminan eligiendo partir a un futuro incierto (generalmente no soñado), antes de seguir en el día a día. Deben resolverse las necesidades básicas de los cubanos, que de gusto trabajar y no estar preocupados en qué más hacer para vivir. Es triste recibir el diploma de graduado, lleno de ilusiones y ganas de hacer, para chocar con la realidad de padres y abuelos.
    Por cierto profe, este cambio tiene que ser "ya"; las generaciones de oro, su generación, esta cercana al retiro y la continuidad no tiene cimientos fuertes. Ojalá no se pierden otras 3 o 4 generaciones de buenos científicos. La mía, tan joven, ya está a medias.

  • Elieser dijo:

    Muy bueno el artículo, es una lástima que no se cuente con números que muestren la magnitud del problema. Solo es necesario mirar el grado de envejecimiento de los claustros de profesores en las universidades y de la fuerza de trabajo en los institutos de investigación. Son pocos los profesionales que ejercen con edades comprendidas entre 30 y 40 años, un vacío generacional que será difícil llenar. Es necesario crear condiciones de trabajo, salariales y de vida para que la migración de nuestros talentos se reduzca y nuestro país no siga tirando ni dinero ni sus preciados recursos humanos.

  • Cruz dijo:

    Excelente propuesta a considerar por el gobierno.
    Ya se aplica con la inversión y los cubanos residentes en otros países que disponen de capital pueden invertir en Cuba.
    Así mismo los científicos que han emigrado y amam verdaderamente a su Patria, podrían colaborar en proyectos, investigaciones, como tutores y profesores en las universidades y Centros de Investigación.
    Muchos tienen valiosas experiencias.
    Vale entonces pensar y proponer como oficialmente esto pudiera hacerse

  • Omar Fernandez dijo:

    Interesantisimo articulo!!!! Aunque se nota el vacio estadistico que existe sobre el tema, es realmente dificil no hallar a cientificos de origen cubano en los mas disimiles e insospechados campos del conocimiento, vinculados a grandes conglomerados del Primer Mundo, sea la disciplina que sea. Personalmente conozco a un joven ingeniero quimico que trabaja nada menos que en uno de los principales laboratorios de la Pfizer en USA, formado totalmente en Cuba. Y apoyo la idea de mas de uno, debiera ponerse en practica cuanta iniciativa colabore a rescatar en cualquiera de sus variantes a ese enorme potencial cientifico, piensese como se piense.

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    Magnifico artículo. Importante asunto profesor, corrobora una vez más la tesis de que hay que ser primero que todo empáticos a la hora de diseñar una política de migración en la actual contemporaneidad. Vivimos la nueva era internet, un mundo cada vez más globalizado, que exige una actitud también cada vez más globalizada, donde las fronteras poco a poco son algo del pasado. Una estrategia que involucra al ser humano, tanto personal, como en una organización o un país exige dos herramientas claves en su diseño como una brújula; la intuición y la empatía. La migración vs desarrollo solo puede triunfar por medio de la intuición y la empatía. El mundo cambia aceleradamente como nunca en su historia, los patrones del comportamiento humano también cambian dinámica y radicalmente, observar científicamente esas tendencias es clave para poner una diferencia en desarrollo.

    Las fronteras y límites de un país en la visión de cada humano en un mundo tan global, en especial para las nuevas generaciones, son cada vez más conceptual y menos territorial. El concepto país se lleva adentro en cada ADN. Un fenómeno cada vez más fuerte parecido a un estado de ánimo, asociado más a sentimientos profundos que a un ejercicio real de vida. Vivimos profesor un proceso muy dinámico de cambios en los patrones de comportamiento del ser humano. Por eso no es nada nuevo profesor ver como la mayoría los ciudadanos Chinos exitosos, triunfadores radicados en los Estados Unidos o Europa no se sienten triunfadores a plenitud, algo que expresan constantemente, una insatisfacción que los quema internamente hasta poder lograrlo hacer en su país de origen China. Es un comportamiento estándar para todos humanos, bien músicos, artistas, científicos, deportistas, todos sienten esa necesidad tan enraizada en sus motivaciones, de sentir en lo más profundo esa necesidad de validar su éxito y ser reconocidos en su país de origen, la historia confirma esa tesis. Ser tenido en cuenta es el sentimiento el más grande y profundo de un ser humano, aunque algunos no lo expresan diciéndolo explícitamente porque aún no han podido vencer la barrera que les impone su propio ego y en ocasiones su vanidad.

    Concebir un diseño migratorio moderno a tono con la globalización que vive el mundo, es determinante en una estrategia de desarrollo de un país. Nadie hace historia, muy pocos construyen su verdadera historia fuera de su país de origen. Ser tenidos en cuenta en su propio país de origen, es el gran premio para una vida profesional exitosa. Hay que ser muy empáticos al diseñar desarrollo en un país en la era internet.

  • Jose R Oro dijo:

    Como es característico en el destacado científico y profesor cubano Dr. Luis A. Montero Cabrera, en este articulo también se quita la camisa al sentarse a escribir. Lo felicito de todo corazón por tomar al toro por los cuernos. En un reciente artículo del igualmente destacado científico y profesor cubano Prof. Néstor del Prado Arza en su columna Para Pensar, titulado “Lo imprescindible, lo necesario y lo superfluo en el comportamiento humano”, el autor nos retaba a todos sus numerosos lectores: “¿Te atreves a escribir una nueva pregunta que estimule el intercambio culto y virtuoso?”. Mi respuesta fue: “Mi pregunta atrevida: ¿Qué importante es un valor espiritual, al que llamaría “sinceridad social”, para tratar de establecer en la vida práctica un balance entre las necesidades materiales y espirituales? El Dr. Luis A Montero Cabrera deja en claro en el presente articulo la importancia de esta “sinceridad social”. Hay que recuperar a nuestros científicos, sin importar que fenotipo posean ni otras peculiaridades. Hay que dar pasos prácticos para que nuestros científicos en el exterior trabajen en Cuba a tiempo completo o parcial, como sugiere el destacado comentario de Jorge. No es solo para que regresen, sino en primer lugar para que no se sigan yendo a otras latitudes. No solo en este importante tema de los científicos, sino en muchas otras cosas hay que ser sinceros, claros, directos y no pensar que es “políticamente correcto” escribir y lo que va a gustar y "caer bien", solo la verdad ayuda. Con eufemismos, eslóganes, frases rimbombantes y clichés no se construye el socialismo que quiere y exige el pueblo cubano, sino una caricatura del mismo.
    ¡Una vez mas felicitaciones al Dr. Luis A Montero Cabrera!

  • yam dijo:

    Una vez más Luis A. Montero Cabrera con sus razonamientos reflexivos, que van desde lo simple hasta lo medular. Quisiera leer la opinión de Agustín Lage al respecto, ya que es un experto en el manejo de los Recursos Humanos de esta envergadura. Mis respetos a ambos.

  • Ricardo dijo:

    Excelente y necesario articulo. La diaspora de cientificos cubanos es reconocida internacionalmente. Muchos de ellos mantienen vinculos con la Ciencia y han alcanzado reconocimientos importantes. Creo seria importante asumir una politica que sea provechosa para el desarrollo del pais. Ademas del ejemplo de lo que ha hecho China me viene a la mente la experiencia de la India que despues de decadas en que sus cientificos mas relevantes salian a formarse en prestigiosas universidades europeas y norteamericanas raramente regresaban a jercer profesionalmente. Eso ha cambiado en los últimos 10 años y el por qué es asi es precisamente gracias a una estrategia politica nacional que ha permitido tomar decisiones importantes en favor del desarrollo del pais. Seria bueno que se estudiara de estas experiencias.

  • el estudiante dijo:

    Son tiempos de una nueva mentalidad. China fue y es un ejemplo de esa nueva mentalidad en el quehacer científico. En la América Latina los gobiernos de Rafael Correa (Ecuador) y Nestor Kirchner (Argentina) iniciaron programas de recaptación de su capital científico para incorporarlos como activos de la recuperación económica. Lamentablemente, la vieja mentalidad venció, y se perdió (nuevamente) otra oportunidad de que la ciencia y la tecnológica contribuyan al PIB de nuestros países y regiones. Se perpetúa así la dependencia y el colonialismo tecnológicos.

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Luis A. Montero Cabrera

Luis A. Montero Cabrera

Doctor en Ciencias. Presidió el Consejo Científico de la Universidad de La Habana más de tres lustros. Miembro de mérito y coordinador de ciencias naturales y exactas de la Academia de Ciencias de Cuba.

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