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¿Por qué protestan?

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La policía detiene a un manifestante en Bogotá, Colombia, 21 de noviembre de 2019. Foto: Ivan Valencia / AP

A raíz de la extensión por gran parte la geografía nuestroamericana de radicales protestas sociales, a veces gigantescas, los llamados expertos en los medios hegemónicos tratan de encontrarles una explicación.

Que la desigualdad y la pobreza son asignaturas pendiente en América Latina y el Caribe, que la llamada clase política está divorciada de la población, que existe un déficit democrático, que no hay un robusto sistema institucional y ello favorece la corrupción y la impunidad, que la generalizada falta de oportunidades de estudio y trabajo para los jóvenes crea gran inconformidad; que las nuevas tecnologías de la información han interconectado al planeta, hecho que crezca la expectativa de vivir mejor y que existe una incapacidad de los gobiernos para satisfacerla.

En realidad, todos estos problemas existen y originan grandes injusticias o conflictos, pero son efectos, indudablemente perniciosos, generados por otros problemas mayores de tipo estructural. Se insiste en la imposibilidad de llegar a un diagnóstico general sobre lo que está ocurriendo.

Es cierto que hay problemas diversos. Cada país tiene problemáticas particulares que requieren recetas propias para su solución. Pero eso no significa que no haya flagelos estructurales que sufren por igual países como México, Haití, Honduras, Colombia, Chile, Perú, Argentina, por solo mencionar aquellos donde recientemente los pueblos se han rebelado contra el estado de cosas existente, haya sido mediante el voto -México y Argentina- o con enérgicas manifestaciones en las calles en reclamo de sus derechos humanos y en repudio al sistema dominante que los conculca.

El grave problema metodológico que tiene achacar solo a los mencionados problemas el drama de los pueblos latinocaribeños es que obvia el primerísimo y más acuciante dato que yace en su origen: la subordinación de nuestras economías, finanzas, tecnología y modelos políticos al sistema mundial de dominación del imperialismo, capitaneado por Estados Unidos.

Ello tiene un correlato inmediato en la aplicación a las naciones de Nuestra América de los patrones de acumulación capitalista vigentes en cada etapa histórica. Es necesario insistir en que, desde que fuera impuesto en los setenta a sangre y fuego en el Chile de Pinochet, este patrón de acumulación es el modelo neoliberal, rápidamente extendido y aplicado con particular crudeza en las décadas siguientes en nuestra región, con excepción de Cuba, donde Fidel y su pueblo se negaron rotundamente a aceptarlo.

Otro correlato es la ola fascistizante mundial que emana de la crisis de hegemonía de Washington y su temor a dejar de ser el hegemón único.

El neoliberalismo implicó, e implica, un saqueo descomunal del fruto del trabajo de  nuestros pueblos mediante el cobro de la deuda externa; la privatización entre amigochos de las empresas y bienes públicos; la dictadura del Fondo Monetario Internacional sobre las economías y la vida de las personas, reforzado por el sofisma de la independencia de los bancos centrales; el libre flujo de capitales especulativos, que ha arrasado reiteradamente economías nacionales; el achicamiento y privatización de las dependencias gubernamentales anteriormente dedicadas a servicios públicos, mientras crecen desmesuradamente las fuerzas de seguridad y sus presupuestos; la socialización de las pérdidas del capital, ergo el “rescate” de los bancos; la contención salarial y la privatización de los fondos solidarios de pensiones, que ha conducido al deterioro perenne de los ingresos de los trabajadores y de los jubilados; falta

Se han publicado 4 comentarios



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  • Jacinto C dijo:

    Claro que se debe protestar cuando algo a una parte de los pueblos no les gusta , pero las protestas deben de estar dentro del espacio de las constituciones de esos países y no caer en el error de actos vandálicos contra propiedades estatales y privadas como se está viendo
    Hay muchos criterios sobre las protestas y hay quien hasta les gusta que estén sucediendo , esos olvidan que en todos esos países hay ejércitos con mucha experiencia en dar golpes de estado e instalar dictaduras militares como ya ha sucedido en el pasado
    No importa que sean masivas o que duren lo que sea lo que los protestantes no deben guiarse por los más radicales, porque los militares están ahí esperando su oportunidad
    Días pasados vi videos de las protestas en Chile y lo primero que me vino a la mente fue Pinochet y su junta militar... no vaya ser que el remedio sea peor...

    • Chey dijo:

      Jacinto no se haga el ingenuo usted sabe muy bien que esos fascistas también realizan el vandalismo para echarle la culpa a los manifestantes. Barrer a esos ejércitos fascistas que actúan contra su propio pueblo es lo que se debe hacer, como se barrio al de Batista aqui en Cuba.

    • Leandro dijo:

      ¿Y quienes son los más radicales? ¿Qué es ser radical? ¿Es que por temor a esos ejércitos hay que rogar esperando por migajas y no exigir los derechos? ¿En el marco de qué Constitución: de la chilena heredera de Pinochet; de la boliviana pisoteada por los propios militares que debieron preservarla o por el gobierno de facto que se burla de ella?. Que en medio de masivas protestas suceda algún que otro hecho vandálico siempre es posible, como también es posible y frecuente que a quienes les convienen esos hechos los provoquen para culpar al pueblo y tener pretexto para masacrarlo; pero lo común en estos días ha sido ver a fuerzas policiales y militares arremeter contra poblaciones indefensas protestando pacíficamente con decenas de muertos, millares de heridos y otros tantos detenidos. "Los pueblos, como los hombres, no se curan del mal que les roe el hueso con menjurjes de última hora, ni con parches que les muden el color de la piel. A la sangre hay que ir, para que se cure la llaga. No hay que estar al remedio de un instante, que pasa con él, y deja viva y más sedienta la enfermedad. O se mete la mano en lo verdadero, y se quema al hueso el mal, o es la cura impotente, que apenas remienda el dolor de un día, y luego deja suelta la desesperación... A la raíz va el hombre verdadero. Radical no es más que eso: el que va a las raíces" José Martí.

  • Enrique Torres Arias dijo:

    Viene a mi mente las palabras del lider cubano Fidel Castro, cuando decia se podrá engañar una pate del pueblo, por un tiempo, pero no podrán engañar a todo un pueblo, todo el tiempo. Sencilamente los pueblos estan cansados de mentiras, manipulación, saqueo, falta de oportunidades y de justicia social, donde unos pocos al servicio de la elites de poder, quieren perpetuar el neoliberalismo. Los pueblos estan diciendo basta, de paños tibios, donde se necesitan verdaderamente revoluciones como la nuestrs, donde somos inspiración y ejemplo de muchos pueblos a nivel mundial. Somos Cuba, somos continuidad de la revolución.

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Angel Guerra Cabrera

Angel Guerra Cabrera

Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.

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