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Sistema de Naciones Unidas en Cuba acompaña acciones nacionales de enfrentamiento al cambio climático (+ Video)

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En medio de las celebraciones por el Día de las Naciones Unidas, el próximo 24 de octubre, y en vísperas de que comience en Glasgow, Reino Unido, la COP26 (31 octubre-12 noviembre), el Sistema de Naciones Unidas en Cuba realizó este lunes un panel con representantes de la organización, expertos cubanos y otros invitados sobre los desafíos del cambio climático y el acompañamiento de las agencias de la ONU a la Isla en las acciones de mitigación y adaptación a los impactos de ese proceso.

Consuelo Vidal-Bruce, coordinadora residente del SNU en Cuba, afirmó que se cumplen 76 años “impulsando los valores de la Carta de Naciones Unidas, que hoy tienen una vigencia sin precedentes en un mundo que necesita la solidaridad y la cooperación internacionales para enfrentar desafíos cada vez más complejos. Lo hemos vivido especialmente en los últimos casi dos años, con la pandemia de covid-19, y lo vivimos con el cambio climático”.

Vidal recalcó un punto abordado por el secretario general, António Guterres, y otros responsables de la ONU en varias ocasiones: las urgencias de la pandemia de covid-19 y sus impactos a mediano y largo plazo “no pueden invisibilizar los desafíos que plantea el cambio climático a la humanidad. Al contrario, los complejizan”.

Por eso –recordó–, “Guterres ha hecho un llamado a adoptar pasos más ambiciosos por la acción climática, que requiere respuestas integradas, multidimensionales. Ningún país, ninguna región, pueden por sí solos detener fenómenos como el aumento de la temperatura global, el incremento de las emisiones de gases contaminantes, la ocurrencia cada vez más frecuente de eventos hidrometeorológicos extremos. Son problemas que nos conciernen a todos”.

El marco de cooperación del SNU en Cuba –señaló su coordinadora residente– tiene el enfrentamiento al cambio climático como un tema central. En ese marco participan 22 agencias, fondos y programas, que “aportan capacidades, conocimientos, recursos que responden a cuatro ejes estratégicos del plan nacional de desarrollo económico y social hacia 2030”.

Así –añadió–, “orientamos nuestros esfuerzos a apoyar e implementar estrategias conjuntas de mitigación y adaptación, contribuyendo al plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, la Tarea Vida.

“A través de múltiples iniciativas y programas, el Sistema de Naciones Unidas acompaña al país, entre otros objetivos, en promover la aplicación de prácticas novedosas para la adaptación al cambio climático; la planificación del desarrollo territorial y la evaluación de impactos en las capacidades para el acceso a financiamientos climáticos; acciones de mitigación, no solo para sustituir el uso de combustible fósil en sectores estratégicos de la economía, sino también en experiencias comunitarias que promuevan actividades productivas y la mejora de la calidad de vida”.

Cuba y el cambio climático

Penetraciones de mar en el malecón habanero. Foto: SNU en Cuba.

Para abordar brevemente las prioridades y desafíos de Cuba frente al cambio climático, intervinieron en el panel –realizado vía presencial y por teleconferencia, y moderado desde el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana–, los expertos cubanos Eduardo Planos y Orlando Rey.

El Dr. Planos, presidente del Programa Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica Adaptación y Mitigación del Cambio Climático, apuntó que en Cuba se ha estado estudiando el cambio climático y sus impactos por más de 25 años.

El primer estudio de impacto, con los escenarios primeros planteados por el IPCC, se realizó a inicios de la década de 1990, centrado en sectores como la agricultura, el turismo y los recursos hídricos.

“A partir de ahí, ha habido un proceso de investigación y desarrollo en torno a este tema, con la ventaja de contar con un sistema de ciencia bien organizado, estructurado en programas de investigación, entre ellos el Programa Nacional de Ciencia Cambio Climático, junto a otros territoriales y sectoriales”, precisó.

“Particular importancia en ese quehacer científico tiene la colaboración internacional expresada a través de proyectos implementados en Cuba por diferentes agencias del Sistema de Naciones Unidas”, dijo, y mencionó proyectos como Basal (destinado a la sostenibilidad alimentaria local) y Manglar Vivo (dedicado a los ecosistemas costeros de mangle).

En Cuba –continuó– también son evidentes los cambios provocados por el cambio climático. Se ha comprobado un incremento significativo de la temperatura (+ 1 ºC) en el último medio siglo, y se manifiesta un ascenso del nivel del mar en las costas. “El clima de Cuba está cambiando hacia una condición más extrema, con déficits hídricos significativos, mayores riesgos climáticos para la vida y la transición de un clima tropical húmedo a un clima subhúmedo seco”.

Entre los principales riesgos que afronta el país, asociados al cambio climático, mencionó la pérdida de territorio emergido, la reducción de recursos hídricos, el cambio en el equilibrio de los ecosistemas, la fragmentación o extinción de sistemas ambientales, las afectaciones a la salud y cambios en los patrones culturales, “porque si cambia el clima, cambian nuestro modo de vivir, nuestro modelo de funcionamiento como sociedad”. Son los desafíos a los que se dirige el plan de Estado conocido como Tarea Vida.

El Dr. Orlando Rey, asesor del Citma para temas de cambio climático, recordó que el papel del Sistema de Naciones Unidas en la agenda medioambiental y climática cubana va hasta muchos años atrás.

“Por lo menos, desde la década de 1990, alrededor de todo el proceso que condujo a la Cumbre de Río; todo el proceso por el que fuimos sistematizando e introduciendo en el país conceptos como el desarrollo sostenible, el enfoque basado en ecosistemas para la gestión de la naturaleza, hasta ideas más recientes como la adaptación basada en ecosistemas o los bienes y servicios ecosistémicos, la agroforestería, la agroecología, han estado acompañados por Naciones Unidas y, por supuesto, nosotros los hemos asimilado a las circunstancias nacionales”, afirmó.

Coincidió en que la ciencia es una fortaleza. “Hay grandes informes globales sobre el impacto del cambio climático, pero cuando uno llega al nivel de país, provincia, municipio, localidad, no puede gestionar los problemas climáticos con esa gran información global, sino que necesita escalarlos a esa dimensión. Que la ciencia cubana esté en ese proceso, permite contar con herramientas más efectivas para lidiar con el cambio climático”.

Insistió en que esta cuestión es un reto hoy “no solo por los impactos, sino porque todavía tendemos a ver el cambio climático como un tema de futuro, y es cierto que se va a agravar, pero ya está aquí. Es un reto para la comunicación: dejar clara la inmediatez del cambio climático y explicarlo a partir de su efecto integral en la vida de la sociedad cubana.

“Cambia nuestro clima, y bajo ese clima, ¿cómo producimos, cómo vivimos, cómo construimos, cómo educamos?… Todas esas cuestiones debemos introducirlas en nuestro quehacer, y no para resistir, sino construyendo una sociedad resiliente y baja en emisiones, que al mismo tiempo sea próspera. Es un reto, también, profundizar en la acción desde lo local y que las ciencias sociales tengan mayor presencia en este proceso”, concluyó.

Programas, iniciativas y acompañamiento


Uno de los programas con beneficios para los ecosistemas costeros y la adaptación basada en soluciones naturales ha sido Manglar Vivo. Foto: Tomada del muro de PNUD-Cuba en Facebook.

En el panel intervinieron también Maribel Gutiérrez, representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); desde Panamá, Piedad Martín, directora regional adjunta del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA); Marisol Alfonso, representante auxiliar del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA); Jorge Fernández Chamero, consultor de la oficina de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Cuba, y Grisel Acosta, del grupo interagencial que coordina los resultados de sostenibilidad ambiental y riesgo, del SNU.

Grisel Acosta resaltó la importancia de trabajar, en el actual marco de cooperación acordado con el Gobierno cubano, no solo en el corto, sino en el mediano y largo plazo, con enfoques transversales en todas las esferas de la economía, la sociedad y el medioambiente, por lo que se debe involucrar a toda la población.

Sobre el actual marco de cooperación, señaló que fue concebido a continuación de la aprobación de la Tarea Vida. “Dado que contamos con un marco de políticas nacionales y la visión de la Agenda 2030, y que esta esfera se caracteriza por tener un marco multilateral, trabajamos con una visión integrada que responde a metas específicas. El rol de Naciones Unidas es acompañar al país en alinear, demostrar las mejores experiencias para cumplir sus metas nacionales en integración con los marcos internacionales acordados”.

En esta área, la cooperación internacional y los programas e iniciativas del SNU están dirigidos a mejorar la protección y el uso de los recursos naturales y ecosistemas, la resiliencia al cambio climático, tanto en la adaptación (soluciones basadas en la naturaleza; resiliencia de sistemas productivos, comunidades y zonas costeras; incorporación en la planificación territorial; manejo integral del agua), como en la mitigación (tecnologías y conocimientos para la reducción de emisiones en sectores como transporte, energía y turismo, y acciones comunitarias).

Igualmente, en apoyar la implementación de políticas nacionales o contribuyendo con insumos a su perfeccionamiento, y colaborando con iniciativas piloto en distintas esferas, a lo que se suman elementos de innovación y experiencias internacionales, donde se incluyen los socios de la colaboración internacional.

Además, continuar fortaleciendo las capacidades nacionales para el desarrollo de estudios, evaluaciones y herramientas; para el acceso del país (sus instituciones y expertos) a financiamiento climático, y para el cumplimiento de los compromisos asumidos como parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y el Acuerdo de París.

A lo largo de las intervenciones de los representantes del SNU, fueron mencionados programas e iniciativas como los procesos de transferencia de tecnología para incrementar el acceso a la bioenergía (biodiésel, biogás), la recuperación verde pospandemia en el sector del turismo; transporte público bajo en emisiones (en La Habana, aunque se trata de implementarlo en otras provincias), y el apoyo a acciones relacionadas con el Protocolo de Montreal (sobre sustancias que agotan la capa de ozono).

También, en experiencias comunitarias para la mitigación del cambio climático en 10 municipios de seis provincias cubanas (apoyo a actividades productivas, mejoras de servicios sociales bajo principios de igualdad de género y de la electrificación en viviendas rurales); en manejo integral del agua y resiliencia a la sequía en la zona oriental, y en transporte público verde (pilotaje con triciclos eléctricos con estación de recarga en La Habana).

“Funciona bien, ameritaría conseguir más recursos para extenderlo a otras provincias”, comentó la representante del PNUD.

“Pensamos que trabajar acompañando a las instituciones nacionales para alcanzar las metas que se han propuesto en el marco de la Convención sobre Cambio Climático es nuestro trabajo fundamental para los próximos años. En el caso del PNUD, hasta 2024 nos hemos trazado metas para todo lo relacionado con la mitigación. Estamos en un momento muy propicio para continuar acompañando a Cuba en la ruta hacia la recuperación verde en sectores estratégicos para su desarrollo”, añadió.

Entretanto, el PNUMA trabaja con el PNUD en dos iniciativas que –explicó Piedad Martín, desde Panamá– son claves y sientan las bases para movilizar fondos internacionales.

“En diciembre de 2020 terminó el primer proyecto de Cuba con el Fondo Verde del Clima, un proyecto de puesta a punto (readiness) para crear capacidades y preparación del programa de país con el Fondo Verde del Clima para el periodo 2020-2023, con perspectivas de financiamiento a 2030, y se creó el sitio web financiamiento climático de referencia para Cuba”, informó.

Por otra parte, se está iniciando el proyecto de puesta a punto MOVE (movilidad eléctrica en América Latina, que se implementa con otros 13 países), que apoyará los proyectos de las autoridades nacionales en esa área.

Se suman otros dos proyectos de puesta a punto de acceso a financiamiento internacional: Naturaleza por las Ciudades (aumento de la resiliencia mediante soluciones basadas en la naturaleza en ciudades; se va a trabajar en Camagüey y Manzanillo), y otro, que ya pasó por el comité técnico del Fondo Verde del Clima, orientado a mitigación y adaptación en sectores priorizados como el de eficiencia energética.

“Continuaremos trabajando con el Gobierno de Cuba y con las organizaciones para acelerar el acceso a financiamiento climático, que esté alineado con la recuperación socioeconómica y permita reconstruir mejor, con inversiones bajas en emisiones y resilientes al clima; que impulse el crecimiento económico, la creación de empleo y beneficios sociales y ambientales”, concluyó.

Marisol Alfonso, del Fondo de Población de Naciones Unidas, se refirió al trabajo del PNUD, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el UNFPA en tres iniciativas.

En una de ellas se trabaja con el Grupo de Distribución Espacial y Medioambiente del Centro de Estudios Demográficos en el área de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo, y se trata de responder a la cuestión de cómo disminuir la vulnerabilidad de los más de 260 asentamientos costeros (donde habita alrededor del 10% de la población cubana) que poseen superficies situadas a menos de un metro de altura sobre el nivel del mar frente a los impactos actuales y estimados del cambio climático.

Otra propuesta de actividad en proceso de formulación, con la coordinación técnica de la OIM, pone énfasis en la movilidad, las migraciones internas, por la importancia que tiene para el país incorporar esos procesos en los planes de desarrollo a nivel territorial y en los que incorporan el impacto del cambio climático.

“Además, tenemos tres proyectos coordinados bajo el liderazgo del PNUD, dos en La Habana y uno de alcance nacional. Incluyen una iniciativa que se iniciaría en 2022, cuyo objetivo es elaborar un plan de adaptación al cambio climático de la zona costera de la capital cubana, como una herramienta de integración de la adaptación en la planificación del desarrollo territorial.

“El segundo, cuyo estudio de factibilidad técnico-económica ya está iniciado, se centra en las soluciones ingenieras que pudieran implementarse en la zona marino-costera para la protección del malecón habanero. El tercero, Proyecto de Vigilancia Marina, busca fortalecer el sistema meteorológico marino cubano para la mejora de los servicios de alerta hidrometeorológica y ambiental”, precisó.

Por la FAO, Jorge Fernández Chamero destacó la capacidad de trabajar integralmente.

“El hecho de que hoy estemos hablando desde el sistema interagencial de Naciones Unidas, con esta perspectiva de integralidad y global, es muestra de ello, y para lograrlo ha jugado un rol importante la oficina de la coordinadora residente, al aunar esfuerzos. Esa integralidad significa más recursos financieros, más capacidad de apoyo al país, más ciencia y más innovación en los procesos que Cuba necesita”, dijo.

Finalmente, subrayó la confluencia entre los planes del Estado cubano en temas medulares y las perspectivas del país sobre la base de sus prioridades, como la articulación del enfrentamiento al cambio climático y la Tarea Vida con el plan de soberanía alimentaria y educación nutricional, al que contribuye el SNU.

Además de las instituciones nacionales e internacionales que mencioné al principio, sé que nos acompañan hoy representantes de ONG, socios de la cooperación, universidades, y, como parte de ellas, una juventud dispuesta, activa y responsable hacia los temas del enfrentamiento al cambio climático. Tenemos el compromiso de dejarle a esa juventud un planeta más inclusivo y más verde.

Que nuestro panel de hoy, y todo lo que hagamos, contribuya a seguir acompañando, cada vez con más fuerza, nuestros objetivos y metas de desarrollo sostenible. Cuenten con el SNU en Cuba para estos propósitos”. (Consuelo Vidal-Bruce, coordinadora residente del SNU en Cuba)

Se han publicado 2 comentarios



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  • dania Isabel dijo:

    ?¿Qué le pasa a la naturaleza?
    En estos tiempos todos estamos muy preocupados por todas las cosas que están pasando: pandemias, huracanes, terremotos, en fin. Parece que la naturaleza está molesta con la humanidad. Si vamos al inicio de los tiempos las escrituras nos revelan que al inicio de la creación ella funcionaba en perfecta armonía, no se veían los desastres que hay ahora. Al desobedecer a Dios los primeros seres humanos las cosas cambiaron mucho no solo dentro de ellos sino también en la propia naturaleza, ella tuvo que cambiar para revelar que ya las cosas no estaban nada bien. Gracias al sacrificio de Jesús para los que acepten que Él pagó en su lugar no hay condenación y a través de la fe en ÉL somos transformados poco a poco. La biblia dice que en Cristo de restauraran TODAS LAS COSAS que ahora están torcidas, habla de una Tierra diferente, nueva, transformada que se va a levantar en el futuro cuando este mundo termine donde los inquilinos seremos los que hallamos aceptado a Jesús. Pero antes de que eso ocurra vendrán SEÑALES que son lo que vemos ahora además de guerras, hambre, muerte, etc, pero eso no quiere decir que por alguna de estas razones llegará el fin, esas son las señales, ese momento va a ser completamente sorpresivo, mientras tanto la naturaleza está clamando ser transformada, restaurada y lo expresa con todas esas manifestaciones para así también darnos un aviso antes de que sea demasiado tarde….

  • Lucía dijo:

    Muchos excelentes compañeras y compañeros, inteligentes y capaces laboran y laboraron en el CITMA. Efectivamente, para Cuba enfrentar este gran reto que es el cambio climático a nivel global, a nivel de país se necesita el concurso de todo el pueblo, desde la educación medio ambiental en las edades tempranas enseñándoles la necesidad del uso racional de las fuentes no renovables de energía, el cuidado de la flora y la fauna, la no construcción de viviendas cerca de las costas e ir retirando las que existen en esas áreas, el ahorro del agua potable que cada vez escaseará más por el aumento de la sequía y la desertificación. Saludos, Orlando, Gricel, Chamero, Moret, Enrique y tantos excelentes compañeros que ponen sus esfuerzos en función de una Cuba mejor, de un mundo mejor.

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