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Emilia de Córdova Rubio: Más allá del silencio

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Sus actividades llenas de innegable humanismo, valentía, desprendimiento y coraje, ocupan un lugar en el proceso revolucionario cubano desde 1868 hasta las primeras décadas de la República Neocolonial.

En un sugerente artículo de Julio Villoldo, titulado “Las estatuas y los monumentos en los parques”, el escultor cubano retomaba una idea del intelectual español Manuel Bueno: “La estatua sustituye al muerto en vida, y de ese modo, el gran capitán, el poeta, el músico o el estadista, que emigran de la tierra, continúan siendo, aunque en el silencio y en la inmovilidad, seres familiares con quienes tropezamos todos los días”[1] Diez años antes de publicado este texto, se develaba en una céntrica plaza de La Víbora la estatua sedente de una mujer. Era todo un suceso en época de expansivo auge de los proyectos pro-monumentos dedicados a personalidades masculinas. La obra, del artista de la plástica italiano Ettore Salvatore, representaba a la patriota habanera Emilia de Córdova Rubio, y decidió ubicarse frente a su casa natal.

¿Quién fue esa mujer representada en aquel monumento casi centenario? Periodistas e investigadores han aportado referencias valiosas acerca de su vida y abnegada obra. En 1945, Frank Guiral, colaborador de la revista Carteles, publicó un sentido artículo donde ejemplificaba la valía del quehacer de Emilia, y luego historiadores locales, museólogos, periodistas, pedagogos y estudiantes se han interesado por despertar del silencio a la legendaria patriota.

A instancias de María Collado Romero, se nombró al parque frente a su casa en la Víbora, hoy Parque de Córdoba,con su nombre y se erige un monumento en su Honor.

Al cumplirse hoy 102 años de su partida física, no debemos dejar pasar por alto el significado de esta valiosa mujer en los destinos de Cuba a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Nacida en la finca San José, en el término municipal de San Nicolás en 1853, perteneció a esa generación de cubanos, marcada por la crisis del modelo colonial y la irrupción del ciclo independentista decimonónico en la postrimería de la sexta década de la centuria.

Ciertamente, los escasos acercamientos historiográficos motivan que algunas de las relaciones de hechos o actividades de la patriota cubana apenas se mencionen sin un debido respaldo documental. Por ejemplo, su activa correspondencia con el mambisado durante la Guerra de los Diez Años, gesta en la que participó su padre, y que motivó su deportación junto con su familia, hacia Isla de Pinos. No obstante, este activismo revolucionario familiar debe tenerse en cuenta a la hora de entender las bases formativas del pensamiento de Córdova; raigalmente humanista. Sus tempranas proyecciones antiesclavistas, que la condujeron, todavía adolescente, a interceder a favor de los negros esclavos que sufrían los castigos y rigores de la plantación, son el reflejo de los valores y principios éticos, sostenes de su quehacer político.

En su itinerario patriótico consta su participación en la organización del levantamiento armado del 24 de febrero en Ibarra, en la provincia de Matanzas, aunque no suela aparecer su nombre en las historias relacionadas con este trascendental acontecimiento, cuyo fatal desenlace es conocido. De cualquier modo, fue apenas el inicio de un activismo independentista que incluyó el aseguramiento de alimentos y municiones a los soldados en campaña. El Generalísimo Máximo Gómez valoró de manera muy positiva su gestión logística, en modo alguno sencilla, pues debió operar mayormente en el muy complejo territorio habanero.

Incluso, se las ingenió para entrar a las mazmorras en las que se encontraban compañeros presos para auxiliarlos con ropas y víveres, “atravesando para ello sola, totalmente sola, en un pequeño guadaño para dirigirse a la fortaleza”. Según información de Guiral, era tanta la intrepidez de Doña Emilia que intercedió cerca del capitán general Valeriano Weyler para que le fuera conmutada la pena de muerte a un soldado cubano capturado tras sufrir varias heridas, gestión que fructificó al suspenderse la pena máxima y ser remitido el reo al presidio de Chafarinas.

Pero como “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”, el activismo y la osadía de Emilia comenzaban a resultar demasiado incómodos para las autoridades españolas, al punto de que estas terminaron por decretar su expulsión de Cuba.

En las comunidades cubanas de Cayo Hueso continuaría su labor junto a otras importantes cubanas allí reunidas en clubes patrióticos. Su alojamiento sirvió de refugio a muchos de los cubanos refugiados, al tiempo que activó la fundación de organizaciones y con sumo ingenio movilizó la recogida de fondos para la guerra: “Aún se recuerdan aquellos juegos de baseball organizados por ella, que tuvieron efecto en Key West, y en los que compitieron los bandos Azul, Rojo y Carmelita que dejaron jugosas utilidades que engrosaron los fondos de la Junta Revolucionaria de Nueva York”.

Identificada desde muy joven con las causas humanitarias decidió enrolarse como voluntaria en la Cruz Roja Americana a cargo de su fundadora Clara Barton, para luego trasladarse a Cuba tras la intervención estadounidense en la guerra hispano-cubana en 1898.

Su fecunda vida de ilustre patriota, se evidencia en los múltiples acontecimientos que protagonizó a lo largo de su existencia.

Tras la firma del armisticio y el posterior Tratado de París, en virtud del cual Cuba pasó a ser ocupada militarmente por Estados Unidos, la patriota se dedicó a la protección de los veteranos y emigrados sin amparos. Fue en este convulso escenario donde la benefactora proyectó otra de las iniciativas más importantes en su historial revolucionario, al reclamar y obtener del gobernador militar John Brooke que se admitiera a la mujer cubana como empleada en las oficinas públicas. Mientras tanto, mantuvo su cargo de mecanógrafa en la entonces secretaría de Obras Públicas hasta su muerte el 13 de enero de 1920. Pero hizo más. Fue su voluntad que los familiares repartieran los dos últimos meses de haberes que les correspondían tras su fallecimiento, entre el Consejo Nacional de Veteranos y la Asociación Nacional de Emigrados Revolucionarios.

“¿Sus restos mortales dónde reposan? He aquí una interrogación dolorosa, pues la respuesta es patéticamente triste […] su humilde sepulcro es solamente una cruz de madera, semidestruída, sobre un montón de tierra cubierta por la yerba… y el olvido” –así se refería Guiral al concluir su trabajo. Más de siete décadas después, la estudiante de periodismo María Karla González, luego de una exhaustiva indagación sobre la vida de Emilia, llegaba a la tumba de la benefactora: “Sus restos yacen en la Necrópolis de Colón, donde ninguna identificación marca el lugar de descanso de la defensora de las demandas sociales y políticas de la mujer cubana.[2] En efecto, todavía quedan deudas que saldar con esta valerosa mujer, símbolo de entrega a las causas más nobles.

[1] Julio Villoldo: Las estatuas y los monumentos en los parques, Molina y Compañía, La Habana, 1938, p. 10.
Guillermo Tell
[2] María Karla González Mir: “La benefactora de la mujer cubana”, en Isla al Sur, 6 de julio de 2018, https://islalsur.wordpress.com/2018/07/06/la-benefactora-de-la-mujer-cubana/
Guillermo Tell

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Se han publicado 18 comentarios



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  • Michel dijo:

    Quisiera aclarar que el parque al que hacen referencia no se encuentra en el barrio de la Víbora. Se encuentra en el barrio del Sevillano antiguamente llamado El Rubio. Nací y me crié en ese barrio y primera vez que leo un artículo sobre Emilia de Córdoba. Muchas gracias por la información.

  • VCL dijo:

    Me impresionó mucho conocer sobre esta valerosa mujer. Gracias por compartir y enseñarnos más de nuestra bella historia.

  • Erick dijo:

    Aclarada por otro comentarista la imprecisión de los periodistas en la ubicación del monumento en una localidad errónea, ciertamente se encuentra en el barrio El Rubio perdido en la memoria popular, Consejo Popular Sevillano mucho más pegadizo. A pesar de las intervenciones que durante varios años las autoridades locales han realizado para renovar el lugar, todavía queda mucho por hacer para su recuperación, tanto a nivel material a pesar de las carencias y chapucerias, como a nivel espiritual en la educación de niños, jóvenes y adultos que desconocen el significado sentimental y patriótico de este lugar , reflejo de actos nada respetuosos por parte de los nuevos habitantes. Gloria a las mujeres patriotas representadas por está excelsa mujer de la cual debemos mantener viva su memoria y amor por la patria.

  • Pablo dijo:

    Muy importante y valiosa historia, deben de reconocer mas la vida y obra de los que aportaron independencia, libertad y amor por la patria. El parque donde esta el monumento requiere mayor estetica y condiciones para darle vida.

  • Silvia dijo:

    Efectivamente es como dice el compañero Michel, soy nacida y criada en el reparto Sevillano y el parque Córdova pertenece al Consejo Popular Sevillano, antiguo reparto El rubio.

  • Orlando dijo:

    "La estatua sustituye al muerto en vida, y de ese modo, el gran capitán, el poeta, el músico o el estadista, que emigran de la tierra, continúan siendo, aunque en el silencio y en la inmovilidad, seres familiares con quienes tropezamos todos los días”
    Pero la estatua erigida en el parque Maceo de Las Tunas, en honor a nuestro Titán de Bronce, situado exactamente frente a la Dirección Provincial de Educación y frente a la UNEAC, es una afrenta actual. Igual lo resulta la estatua en honor a las madres, situada a 5 metros de la de Antonio Maceo.
    Al parecer, hace tantos años que no se le da el tratamiento debido, que están totalmente ennegrecidas como consecuencia lógica de los rigores del sol, sereno, lluvias, etc.
    Esas no sustituyen al muerto en vida. Esas están muertas.
    A poca distancia de allí, quizás a dos cuadras está la oficina del Historiador y del patrimonio nacional.
    Espero alguien lea esto y adopte las medidas pertinente previa comprobación de mi dicho

  • Andrews dijo:

    Las bellas y valerosas mujeres cubanas, aunque eclipsadas por la historiografia hacia las mas populares, son muchismas las que formaron y forman la nacion desde las obras a veces muy cotidianas.
    Aunque la fotografia ya se ve una mujer madura, conserva aun la elegancia y belleza de sus años primaverales.
    Hay para encargar por la FMC para el 23 de Agosto, a cada nueva federada una pequeña indagacion historica, de alguna señora de la cuadra o el barrio, que la antecedio. Es ademas de formar cultura es respeto, es compromiso con su barrio y rescate de la memoria historica, Cubadebate, pudiera proponer algun concurso y publicar todos los trabajos posibles, aunque no tengan el rigor literario, epro lograria como en este caso "levantar" y precisar por los lectores hechos o figuras a veces perdidas.

  • El brujo dijo:

    Bella historia de esta mujer cubana, considero que por el respeto que ésta merece se debe acometer una restauración general de su estatua enclavada en el parque que lleva su nombre el el Sevillano.

  • Blanco dijo:

    La patriota Emilia de Córdova nació en el municipio San Nicolás ubicado en la provincia Mayabeque, una personalidad importante en la historia local de ese municipio. No entiendo ¿por qué se escribe en el artículo que el monumento se decidió ubicarlo frente a su casa natal ( lugar donde se ha nacido), si nació en la finca San José, en el término municipal
    de San Nicolás en 1853?

  • Mayte dijo:

    Muy interesante el articulo! Primera vez que oigo hablar de tan valerosa mujer, patriota cubana. Gracias a los que rescataron esta historia.

  • Susana Libertad Guerra Soriano dijo:

    Soy vecina del Parque Cordova, desconocía la historia y sugiero pongan una tarja en la casa donde vivió Emilio. Además reparen las aceras del parque cuyo proceso comenzó y no termino.

  • Rita dijo:

    Precioso artículo, cuán rica es la historia de mi patria!

  • Armando Gutiérrez dijo:

    Muy buen artículo, pero , es preocupante que casi todos los habaneros y habaneras , fueron activistas y muy pocos lucharon en la manigua, no entie do como na se le ha hecho una estatua a Ana betancour que esa si estaba en la manigua y fue una defensora de la mujer , que fue la primera mujer que abogó por los derechos de las mujeres en nuestra primera constitución

  • Lujan dijo:

    que esperan para dignificar su sepulcro, si hay que dar dinero estoy dispuesto a participar en una recolecta a favor de tan gran mujer.

  • reina dijo:

    Cada vez se hace mas necesario rebuscar en nuestro pasado historico .Nose le hace un monumento a cuaquier persona......Deberiamos publicar mas articulos en cada una de nuestras publicaciones y ademas acabar de sentar las bases de la atencion a nuestros monumemtos.

  • Cristina Llanes dijo:

    Excelente artículo, honor a quien tanto honor merece.Las causas humanitarias distinguen la lucha por nuestra independencia. Los pueblos tienen que beber de su historia para tener percepción de cuanto hemos tenido que transitar para alcanzar los derechos, hoy consignados en la Costitución Cubana.

  • Diner dijo:

    Muy bueno el comentario, rescata y pone a la luz pública otro pedacito de nuestra rica historia patriótica, una vez más protagonizada por una mujer. Sólo quiero acotar algo, que es frecuente ver en nuestras publicaciones, el cántaro no va a la fuente. El refrán es: tanto DA el cántaro a la fuente hasta que se rompe. Lo mismo suele ocurrir con "nunca es tarde si la dicha es buena". La dicha siempre es buena, entonces debe ser: nunca es tarde si la dicha LLEGA".

  • Angel Gomez dijo:

    Es una lástima tan insignia mujer no se conozca en el municipio de forma que ese monumento que conozco desde nací , sufra agresiones (le arrancaron una de las tarjas de una de la caras ), el parque no lo terminen sus aceras. Nunca he visto una escuela que utilice la riqueza histórica de esa mujer en la educación .

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Yoel Cordoví Núñez

Yoel Cordoví Núñez

Doctor en Ciencias Históricas. Presidente del Instituto de Historia de Cuba.

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