Cubadebate

La estrella británica Celeste ofreció un concierto en La Habana. Foto: Karla Castillo/Cubadebate.

I may not be your ideal woman

The heaven in your head

The one that's gonna save you

From all your discontent

No hay una hora exacta para escuchar las canciones de Celeste. Podría despertarme y dormir con su voz. Incluso, llorar, bailar, cerrar los ojos y vivir dentro de cada uno de sus giros. Pero ese soy yo, quizás otra persona prefiera dedicar par de canciones suyas, volverse romántico, intente tararear sus baladas y ponerla en el patio de la casa, para que los vecinos, de casualidad, descubran a esta misteriosa mujer de 27 años, que está en Cuba y ha venido a cantarnos con el corazón desabrochado, intentando descubrirse y descubrirnos. Quizás, hasta buscando otras musas.

La primera vez que supe de ella fue hace par de meses. “Tienes que escuchar esto”, me dijo un amigo.  Y a mi chat de Telegram me mandó Lately, un jazz que me recordó mucho a Amy Winehouse, pero con una textura más contemporánea.

“¿Quién es ella? ¿de dónde salió? ¿por qué no la descubrí antes?”, pregunté. Poco después supe que en enero había sacado un disco llamado Not Your Muse. Sí, Celeste, la chica que nació en Estados Unidos y se fue con tres años a Reino Unido, me envolvió desde entonces. Y me dejé llevar.

Un día antes del concierto, Celeste conversó con Cubadebate. Foto: Jorge Suñol/Cubadebate.

Busqué sus canciones más viejas. Las mezclé con las actuales. Las disfruté, las compartí, las recomendé, lo volví un fenómeno. Me enteré que, tras la muerte de su padre en 2010, comenzó a escribir sus primeras letras, canciones que subiría a su canal de YouTube tiempo después.

Ella era una muchacha de 16 años con muchas preguntas y demasiadas ganas. Ahora es Celeste, nominada al Oscar y a los Golden Globe, por el tema central de la película de Netflix The Trial of the Chicago 7, ganadora del premio a estrella en ascenso en los Brit Awards 2021. Ahora está en La Habana como parte de las actividades de la Semana de la Cultura Británica, y eso es un privilegio. Es una estrella, y ella no se lo cree todavía.

Llegó la pandemia. Nos hartamos de todo. El estreno de su primer álbum tuvo que aplazarse. Pero, con mucha paciencia, con nada de excesos, se lanzó a principios del 2021. “Estaba escuchando canciones de amor que nadie escucha ya”, canta Celeste en su tema Tonight Tonight. La noche de este 7 diciembre, en el Teatro Martí, la desmentimos. Volvimos al romance, a esos versos que van y vienen, y se cuelan, unas veces en susurros y otras a gritos, en nuestros cuerpos. Fue un concierto demasiado íntimo y cierto.

La Semana de la Cultura Británica trajo a Celeste para un concierto único en el Teatro Martí. Foto: Karla Castillo/Cubadebate.

Celeste viajó por casi todas las canciones de su disco, empezó con Ideal Woman, como avisando  que su noche en La Habana era una aventura de mucho jazz, soul, blues, una fusión empastada con el swing y el sello de los jóvenes músicos cubanos Jorge Luis Igarza, en el piano y la dirección musical; Rafael Aldama en el bajo; Marcos Morales en la batería; Irán Farías en la percusión; Dayron Ortiz en la guitarra y Raisel Aldama en la trompeta.

Siguió con la clásica Lately, en una versión donde fue libre de regodearse con su torrencial voz, pasó por la emotiva Father´s Son. Llegó intacta y más fuerte a Stop this flame, para acabar con desgarro en Strange, la canción que no falta en ninguno de sus conciertos.  Cuando ya había anunciado la última y se había despedido, volvió a entrar al escenario y cantó, precisamente, Tonight, Tonight. “Esta noche”, repetía en su intento de hablar español.  Y fue esa su noche, fueron suyos los aplausos.

Celeste viajó por casi todas las canciones de su disco. Foto: Karla Castillo/Cubadebate.

Un día antes de este concierto, Celeste, ya no vestida de gala, demasiado tímida e inquieta, nos habla sobre cómo llego a esta Isla, de Not your muse y las 40 canciones que quiere llegar a hacer en todo el proceso de concepción de su segundo disco. Pero preguntamos más y nos contó de sus sueños y de cómo quiere verse en el futuro, en su acento tan británico.

Our love is tainted by the tides

Both sides, both sides of the moon

¿Qué fue lo más difícil de concebir un álbum como Not Your Muse?

“Fue experimentar con un sonido de jazz bastante abstracto, y también mi perspectiva de cómo me gusta encontrarme a mí misma como mujer. Así que para conseguir que la gente creyera en mí, como alguien que podría tener éxito, tenía que demostrarlo. No me atengo a la imagen o el sonido de la corriente principal y así, sólo tuve que seguir haciendo la música y mostrarla a mi sello discográfico y tratar de introducir estas nuevas ideas a ellos y, finalmente, se subieron a bordo y lo apoyaron. Me costó mucha perseverancia entrar en el estudio y hacer esta música”.

¿En qué o quiénes te inspiraste?

“Se lo dediqué a cualquiera que lo escuchara, pero sentí que necesitaba el sentido de empoderamiento, y encarnar el verdadero yo, y en cuanto a mi musa. Mi musa es simplemente la vida real y todos los días y todo lo que me inspira es todo con lo que he entrado en contacto, ya sabes, diariamente y, siempre es el amor y la política y todas esas cosas mezcladas”.

¿Strange es tu canción más especial?

“Strange es una canción muy especial, en todos los conciertos que hago, no sólo porque conecté completamente con ella, sino también porque fue una de las canciones que realmente ayudó a que mi carrera avanzara considerablemente, y probablemente otras de mis canciones favoritas fueron siempre Lately o Both Sides of the Moon, y ahora, con las nuevas canciones, siento que tienen mucho más significado y estoy emocionada de mostrártelas”

Mi musa es simplemente la vida real y todos los días. Foto: Jorge Suñol/Cubadebate.

Volvemos a Amy como una referencia en tu música ¿qué otros artistas te han influenciado?

“Definitivamente es una de mis artistas y letristas favoritas de los últimos 30 años. Creo que es una de las mejores compositoras de nuestra generación, pero también me inspiran muchos artistas de jazz de los años ´30, los ´40 y ´50, también. Por ejemplo, Sarah Vaughan, Billie Holiday. También me gusta Aretha Franklin, Etta James. Soy una gran fan de Donny Hathaway, pero también de Roberta Flack, ellos eran grandes amigos”.

¿Qué imagen tenías de Cuba? ¿Conocías a su cultura?

“Cuando era más joven, uno de los fans de mi madre me trajo un regalo de Cuba, y me hizo siempre querer venir. Me llevó un instrumento a Inglaterra. Hasta ahora, esta es mi primera interacción con la cultura, los artistas, la sociedad cubana. Es un lugar que siempre quise visitar, y pensé que estaría en buenas manos, viniendo aquí con la embajada. Cuando me ofrecieron este viaje para tocar con músicos cubanos, pensé que era una oportunidad única en la vida. Espero sea el comienzo de la construcción de una buena base, y pueda volver muchas veces más en el futuro”.

Sobre los músicos cubanos que la acompañaron en el concierto también habló: “Son increíblemente talentosos, y su estilo ha añadido una nueva dimensión a mi sonido, y han hecho que esta canción suene nueva pero aun así muy familiar.  Tienen una batería única, y el trompetista tiene mucha historia y textura, una especie de libertad en su forma de tocar”. Tuvo razón.

 

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En otras entrevistas, ha repetido que este álbum es ella tomando una postura firme y diciendo: 'Esto es lo que soy'. Quizás por esa verdad, y la manera en que juega con su voz, es capaz de encontrar el punto exacto. Ella suena al pasado, su color es de la nostalgia, la esperanza, con una dosis de sensualidad y mucha, pero mucha, certeza.

Hay nombres claves en este álbum: la producción está liderada por Charlie Hugall y Joshua Crocker, junto al impulso creativo a la hora de componer que le aporta Jamie Hartman. Pero vamos atrás, al 2010, cuando escribía sus primeras canciones:

“Entonces tenía 16 años. Ese fue el comienzo de mi carrera y viaje en la música. He crecido en muchos aspectos, especialmente en los últimos dos años.

Siempre he sabido exactamente la dirección que quería tomar con mi música, y cómo presentarla, pero es probablemente sólo en los últimos dos años que he aprendido realmente cómo comunicar esa onda a todo el mundo a mi alrededor, y también supongo que al mundo de las personas que estarían allí para escuchar mi música. He aprendido a ser más positiva en mis expectativas y lo que eso significa, y las expectativas de otras personas que pueden ayudarme a lograr eso”.

Ella suena al pasado, su color es de la nostalgia, la esperanza, con una dosis de sensualidad y mucha, pero mucha, certeza. Foto: Jorge Suñol/Cubadebate.

¿Y qué viene después de todo esto? “Ya estoy escribiendo mi segundo álbum. Acabo de empezar a escribirlo en los últimos dos meses, y ya tengo 11 canciones que me gustan mucho, pero mi objetivo es intentar escribir 40 canciones. Así que hay mucho que hacer. Ya he escrito una canción llamada Sometimes, de la que estoy muy orgullosa, otra titulada By by the time I reach.  Hay mucha música nueva. Happy free, por ejemplo, una canción que trata de permitirte tener libertad de las cosas que te molestan y darte cuenta de que es algo que puedes alejar de tu mente para tener una existencia más feliz”.

Celeste sonríe casi en cada pregunta. Y agradece, agradece mucho. Su sencillez la hace una mujer hermosa.  Ya se pasea por el jazz, el soul, el pop, el blues, de forma segura, ¿se arriesgará a otros?  Dice que esos son los géneros que más se ajustan a la cualidad de su voz:

“Definitivamente siento que en el Reino Unido hay un tipo de música punk que está a punto de volver a crecer, porque es una escena muy underground en este momento, y siento que es sólo cuestión de tiempo antes de que llegue a la corriente principal de nuevo, y quién sabe, tal vez mezcle y escriba de esa manera en algunas de mis canciones”.

Ya se pasea por el jazz, el soul, el pop, el blues, de forma segura. Foto: Jorge Suñol/Cubadebate.

El hecho de ser nominada al Óscar, al Golden Globe, le ayudó mucho a que la descubriera más gente, a conectar con otro público: “Realmente me gustaría seguir trabajando en piezas de música para películas, me mostró una primera buena visión de cómo funciona ese mundo, en realidad me tomo la mayoría de las cosas con bastante despreocupación, significa para mí que hay cosas más importantes en la vida y en mi trabajo, como la gente con la que he entrado en contacto a diario en mi vida, los amigos y la familia. Aprecio mucho la oportunidad y el tipo de plataforma que te da, pero es una de esas cosas en las que intento no centrarme demasiado”.

Con una carrera que va en ascenso, quiere colaborar con muchísimos artistas: “En particular hay un saxofonista llamado Shabaka Hutchings, que tiene una banda llamada Sons of Kemet, y es uno de mis músicos favoritos probablemente en el Reino Unido. Me gustaría hacer algo con él definitivamente. Estoy segura de que vendrá a tocar aquí, si no lo ha hecho ya”.

 ¿Y para el futuro?: “Espero mantener la integridad en mi música y en la forma de presentarla. No quiero maquillarme demasiado, ni alterar mi cuerpo, ni cambiar mi pelo. Espero dar un buen ejemplo a las generaciones más jóvenes y que sientan que no tienen que hacer estas cosas porque, aunque he dejado de lado la moda en mi carrera, creo que, en los últimos 20 años, algunas partes de la moda han tenido un impacto bastante negativo en la percepción de la gente sobre su imagen y lo importante que es, así como las redes sociales en Occidente.

“Creo que eso ha tenido un impacto bastante negativo en la forma en que la gente se valora a sí misma. Así que tuve que mantener la integridad y transmitirles el mensaje correcto de que hay que mantener los verdaderos valores dentro de uno mismo y que no deben basarse en las posesiones materiales que tienes, en cómo vives y cosas así. Se trata de lo que tienes dentro de ti”.

Espero mantener la integridad en mi música y en la forma de presentarla. Foto: Jorge Suñol/Cubadebate.

Le gustaría volver y conocer más Cuba. Descubrir a su gente, y nadie sabe si bailar rumba. Hasta ahora, lo que sí sé, es que su misterio la hace asombrosa. Solo basta su voz, solo basta su manera decidida de escribir canciones con tanto ardor. Celeste vibra e hipnotiza. Y eso es suficiente como para ponerla en bucle a cualquier hora.

Isn’t it strange

How people can change

From strangers to friends

Friends into lovers

And strangers again

En video, Celeste en La Habana