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Un Código de las Familias que también mira a los hombres

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Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Las construcciones de género tienen un impacto diferenciado en las relaciones sociofamiliares para mujeres y hombres. Para las primeras, los roles tradicionales las confinan a las labores domésticas, el cuidado de niños, adultos mayores y la atención de sus maridos. Mientras, los varones cargan sobre sus hombros las decisiones de trascendencia y la consagrada tarea de mantener económicamente.

El patriarcado tiene fuerte arraigo desde el propio núcleo familiar y otorga, dentro de quienes componen este ámbito, especial privilegio a los hombres. La situación gana en rigidez por la invisibilidad de modelos alternativos de familias y de dinámicas intrafamiliares sustentables.

Legislativamente hablando, Cuba intenta cambiar esa realidad. El pasado septiembre fue publicada la versión 22 del anteproyecto del nuevo Código de las Familias, para su análisis y posterior aprobación por cubanas y cubanos. El documento no intenta imponer dinámicas en el hogar ni nuevos tipos de familias, sino reconocer aquellas existentes y generar relaciones de convivencia respetuosas dentro de ellas y hacia las otras.

La norma jurídica tiene ante sí el desafiante encargo de remover mentalidades conservadoras y prácticas machistas. A partir de diversos títulos, son validadas responsabilidades, deberes y actitudes en los varones que significan romper con posturas retrógradas de cómo participar en este espacio.

Pero estos propósitos suponen un ataque contra el modelo heteronormativo tradicional de la familia y contra la hegemonía acostumbrada de los hombres como “pater familia”.

Derechos, género y masculinidades: ¿un debate nuevo?

No es insólito el debate suscitado por el documento en cuestión. Existen numerosos desencuentros marcados por diferentes sectores sobre contenidos, alcance, así como la modalidad de su aprobación.

Hablar sobre la familia como institución donde todas las personas guardan relación deviene en numerosas opiniones de cómo actuar conforme a ella. Sumado a eso, el empeño del anteproyecto en representar – en igual condición y amparo- los diversos modelos familiares con respecto a la preconcebida, supone al menos resistencia. Ello explica la amplia gama de reacciones ante asuntos hasta ahora considerados inamovibles.

Las legislaciones que suponen un cambio de prácticas enraizadas en la cotidianidad suelen ser sujeto de encarnizadas discusiones. Este escenario rememora etapas pasadas donde las leyes avizoraban cambios en el entramado de las relaciones sociales y de género en específico. Particularmente los hombres, en su mayoría, han reaccionado a estos cambios como una disputa por sus parcelas de poder.

Hacia 1918 con la aprobación del divorcio en Cuba, una ola de críticas y desencuentros tuvieron lugar en varios escenarios. Careos políticos, debates entre organizaciones y artículos de prensa fueron algunas de las repercusiones de esta ley. El conflicto se manejaba como una pérdida de autoridad y control de los hombres sobre sus esposas.

Nuevamente las confrontaciones en lo jurídico se evidenciaron a principio de los años 30, alrededor del sufragio femenino en el país. En aquel entonces, el temor de incluir a las mujeres en la vida política y darles el voto en la toma de decisiones fue expresado bajo diversos criterios misóginos. Opinaban que ellas desconocían tanto el ejercicio como su importancia o seguirían fielmente el criterio de sus maridos.

Más cercano en el tiempo, la aprobación en 1975 del Código de la Familia vigente trajo consigo el cuestionamiento de muchos hombres a contenidos particulares del mismo. La ampliación de responsabilidades, la cooperación en las tareas domésticas o las exigencias de tipo afectivas con hijos e hijas fueron aspectos que evidenciaron la buena salud del machismo cubano.

Hoy el seno familiar vuelve a ser ese espacio en disputa. En él se ha retroalimentado periódicamente el desequilibrio de poder y la autoridad de los hombres. Por lo cual, el presente debate sobre el – hasta ahora- Anteproyecto del Código de las Familias no tiene menos decibeles.

Tantos hombres como formas de familias

Los hombres suelen sentir presión por conformar el retrato familiar preestablecido del “hombre-esposa-hijos”. Les añaden exigencias sobre la organización, el tiempo y las condiciones para elaborarlo. Los preceptos culturales sobre el deber masculino han estrechado las posibilidades de constituir espacios familiares fuera de ese esquema acostumbrado.

La familia monoparental, homoparental, ensamblada, extendida, nuclear o transnacional son algunas de las múltiples composiciones del hogar. En dichas variantes, muchos varones están integrados por decisión o por haber nacido dentro de ese espacio. No son pocos los casos de modelos no tradicionales que son objeto de discriminaciones y sesgos por verse aparejados a situaciones de orientación sexual diversa de algún integrante o la posible ausencia de uno de los progenitores.

Persiste una mirada más preocupada de la estructura familiar del domicilio que de las relaciones establecidas en su interior. Sin embargo, aspectos medulares de la convivencia o prácticas insanas – como el irrespeto y la desprotección- llegan a ser menos señalados.

Desde un manejo plural del término “familia”, el anteproyecto apuesta por un reflejo más amplio del hogar cubano. Las disímiles maneras de organización hallan su derecho a reconocimiento de forma paralela o equitativa a la familia matrimonial tradicional, sin ser reguladas a partir del canon heteronormativo paradigmático.

Este mosaico posibilita también legitimar diferentes modelos de masculinidad en torno a los varones y sus relaciones con sus respectivos espacios familiares. Ello puede contribuir al desarrollo de actitudes más colaborativas y respetuosas de los hombres dentro de sus dinámicas de convivencia.

¿… padre es cualquiera?

Muchos de los postulados establecidos en el anteproyecto refieren la atención y cuidados plenos que merecen hijos e hijas. En materia de relaciones materno y paterno filiales ocurre una importante variación en la nomenclatura sobre el reconocimiento de derechos de los padres sobre descendientes menores de edad.

El artículo 143 destaca la sustitución del término “patria potestad” por “responsabilidad parental”, no solo desde el sentido nominal, sino a través de cambios en materia cultural sobre la participación en la crianza de los infantes.
Especialmente los varones, se hallan ahora convocados a la educación de sus sucesores desde la corresponsabilidad. La expresión tiene un significado consustancial con la paternidad responsable.

La corresponsabilidad exige la creación de estrategias para integrar a los padres activamente en los momentos de estudio, juegos y el desarrollo en general de sus hijos e hijas. Rompe con distanciamiento frente a determinados deberes, con la comunicación esporádica o la exclusiva tarea de manutención económica.

La concientización de este deber, apartado de estereotipos machistas, puede ser traducida en una relación ganar-ganar. Por un lado, proliferan ambientes familiares más sanos y vínculos emocionales confiables. Por otro, deconstruyen esa postura hegemónica de la masculinidad no dialogante o que no dedica tiempo al disfrute de ellos.

Sin embargo, llaman la atención algunos comentarios conservadores con respecto a las nuevas denominaciones. El poder del “hombre de la casa” está en juego con estos términos; es el aspecto al que apuntan algunos criterios.

Con la lectura en profundidad del artículo 286, es posible analizar que en nada disminuye la responsabilidad o la autoridad, sino su ejercicio de manera diferente. La educación y guía de los niños, niñas y adolescentes no puede aplicarse desde el poder, la imposición, el miedo o el golpe. El llamado es a practicar esa autoridad a través de la comprensión, fortalecer el liderazgo por las vías del amor y el diálogo.

Sin dudas, esta mirada más democrática en el ejercicio de la responsabilidad parental apunta a la acentuación de un modelo afectivo y sensible de lo que significa ser padre. Proyecta una imagen alternativa, ajena a símbolos de poder y autoridad rígidos. Promueve una mirada de la figura paterna como seres queridos imprescindibles para dialogar y sentir apoyo.

No es un código para violentos

Varios expertos implicados en la construcción del texto legislativo han destacado la ponderación de los afectos alrededor de la amplia ecuación de situaciones del tejido familiar.

Un aspecto resaltante en el anteproyecto es la transversalización del contenido del mismo por la no violencia. El título III del documento se refiere específicamente a la temática de la violencia familiar, a sus manifestaciones, su alcance, así como las disposiciones dirigidas para la atención de estos casos. El hecho de tipificar sus variantes dentro del espacio familiar, permite rediseñar el criterio común sobre este fenómeno, asentado en la agresión física como única forma.

La transmisión generacional de este tipo de prácticas ha propiciado la normalización de conductas agresivas y la contribución a la llamada “cultura de la violencia”. Muchas veces se expone que situaciones de violencia intrafamiliar tienen sus causas en la infidelidad, el alcoholismo o el irrespeto a los padres, sin ser analizadas como detonantes. La génesis debe considerarse en el desequilibrio de poder, en el recurso del maltrato físico y emocional como instrumento válido para imponer criterios y voluntades, en las formas de socialización de mujeres y hombres a la sombra de esa cultura de la violencia.

Dentro de la filiación, el artículo 295 en particular, señala como métodos inapropiados de disciplina hacia hijas e hijos el castigo corporal, la humillación, o hechos que lesionen y menoscaben su desarrollo físico y psicológico.

La anulación de la corrección física y el maltrato, supone un importante avance en materia de derechos de niñas y niños, para el ejercicio de una vida libre de ambientes violentos. Por igual, llama la atención respecto a la herencia de métodos de castigo, donde lejos de educar y generar respeto, afectan las capacidades cognitivas y emocionales de los infantes.

La masculinidad en su versión hegemónica carece de herramientas comunicativas para expresar emociones y opiniones, con consecuencias en los diferentes espacios donde interviene. La ausencia de diálogo y auto-análisis deja desprovisto a muchos hombres para lidiar con diversas situaciones, lo que les obliga a recurrir a formas no pacíficas ni prudentes para enfrentarlas.

El incremento de los índices de violencia en el hogar guarda relación con la configuración de las masculinidades alrededor de la autoridad. La violencia doméstica se apropia de múltiples factores relacionados a cómo los hombres conciben que deben ser y actuar, desde preceptos patriarcales. Por el contrario, una masculinidad no agresiva incide favorablemente en las relaciones hacia el interior de la casa, en el disfrute entre sus convivientes.

El cambio más allá de la ley

¿Están los hombres preparados para abandonar determinados mandatos culturales que les exigen ser autoritarios y libres de aplicar la fuerza física? ¿Están listos para asumir variantes y relacionarse de manera pacífica, cordial y equitativa?

A partir de la contribución del derecho desde un carácter no solo regulador, sino preventivo y educativo, el Código de las Familias trae aparejado a su contenido profundas implicaciones sociales y culturales. Ello significa, entre otras cosas, desterrar prejuicios anquilosados en la cotidianidad.

El Código, si bien actualiza las pautas establecidas por más de 45 años sobre las dinámicas familiares, tiene un alcance, llega hasta un punto. Un grupo importante de regulaciones debe transfigurarse en consonancia con los aspectos que el texto jurídico indica.

Lleva una preparación como sociedad para entenderlo, y un acompañamiento desde el resto de las disciplinas de las ciencias sociales. No puede resumirse al establecimiento de la norma; son importantes los contextos y sus análisis. Es imprescindible crear espacios de trabajo, contemplar su trayectoria, alertar y prever.

Resultará interesante el seguimiento a las variaciones obtenidas luego de las consultas populares. Ello podría ofrecer en cierta medida, el nivel de aceptación de la nueva ley, conectada con la necesidad de transformar todo un conjunto de esquemas que han normado las relaciones sociales por mucho tiempo.

Es vital una revolución en la manera de pensar, de concebir la familia y de concebir los vínculos a lo interno de la familia. El patriarcado y sus resistencias quedan nuevamente en el centro de la problemática. Es necesario contar con los hombres para la transformación hacia una sociedad con equidad, y son imprescindibles sus propias transformaciones.

Se han publicado 26 comentarios



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  • FTP dijo:

    Alguien me pudiera decir si existe un valor establecido de manuntención de los padres para sus hijos??????

    • RRS dijo:

      Me gustaría saber también si existe un valor para la manutención. Otra cosa q me gustaría saber es cuales son mis derechos como padre en general . Puesto q tengo una niña y somos padres divorciado y no creo justo no poder traer a mi casa un fin de semana a mi niña solo porq la madre no quiera . Ahhh pero para exigir económicamente sii . Válido recalcar q mi niña tiene ya casi 4 años y emocionalmente tenemos un vínculo muy fuerte y que mis atenciones son las mejores .

    • rafael romero dijo:

      Muy bien por la mayoría de artículos del nuevo código familiar cubano; pero no estamos de acuerdo con el matrimonio igualitario y mucho menos con que se adopten niños por parte de parejas del mismo sexo. Respeto la preferencias sexuales de cada cual pero creo que se debería tomar la unión entre dos homosexuales como uniones de hecho no como matrimonio, esto último se debería reservar solo para uniones entre parejas de distinto sexo.

      • omar92 dijo:

        Es una lástima que todavía piensen así algunas personas, ojalá no le salga ningún hijo homosexual, o que usted mismo no lo sea y por eso su comentario esté cargado de miedos e inseguridades

  • nacho123 dijo:

    Hola el articulo dice que: ¨Es necesario contar con los hombres para la transformación hacia una sociedad con equidad, y son imprescindibles sus propias transformaciones¨, a mi en lo personal me resulta curioso, pues no entiendo a que se refiere con las trasformaciones de los hombres, tranformarnos en que...

    • Mumford dijo:

      La transformación a la que alude el artículo es hacia tener comportamientos no machistas (muchas veces cargados de violencia, de falta de comunicación, de no atender y participar adecuadamente de la educación de nuestros hijos)

      • Uno ahi... dijo:

        le explico, frente a mi casa vive una mujer joven. ha tenido sepetecientos maridos. cada vez q se busca un hombre decente le dura menos de un mes, sin embargo, cuando llega el machito dominante q la lleva a paso de conga, con ese dura mucho mas y es feliz. Acaben de entender que SI, hay muchas familias, pero dentro de esas muchas familias hay tambien muchas que no te van a gustar, que van a ser todo lo contrario a lo que aceptas como familia, y no pasa nada, esta bien!! la gente tiene derecho a vivir como quiera vivir. Hay personas q les gusta el maltrato y hay personas q no les gusta, y ambos tienen los mismos derechos.

    • Uno ahi... dijo:

      exactamente! es un bombardeo constante, a mi ninguna muela me va a transformar en nada, ningun trabajo politico-ideologico va a transformar mi manera de ver el mundo y ninguna ley me va a hacer cambiar mi forma de pensar y de actuar. Quieren pluralidad? Pues empiecen aceptando a todos como somos y con nuestros derechos.

  • alexander dijo:

    Usted asume que los hombres estamos preocupados por la forma de vida de las personas. Y junto con usted todos aquellos que se empeñan en ver como oposición a los que tenemos preocupaciones más allá de las diferentes formaciones de familias. Existen religiosos que sí quieren determinar según sus creencias como deben vivir los demás. Pero tampoco se puede determinar por decreto como debe se debe educar a los hijos, pues dejan de ser nuestros hijos para convertirse en los hijos de otros.
    Por otro lado, estoy preocupado por la cantidad de derechos otorgados a los hijos a sabiendas de que que no les podemos imponer obligaciones ni deberes. No estoy de acuerdo con la violencia sin sentido. Ni convertir el golpe en una forma de educar.Pero por experiencia propia sé que una nalgada en el momento adecuado, una recriminación fuerte o un castigo controlado son importantes. Hay quien nunca necesitó ni un pequeño regaño, hay quien necesita más que palabras de consejo.
    No me preocupa quien se acueste, conviva o haga lo que haga con quien le plazca. Pero la experiencia también dice que hay derechos que no tienen que ver sólo con los deseos, pues involucran también a personas que no se pueden defender, no tienen manera de ser defendidos pues la justicia nunca está en el momento preciso para actuar. Ya después es tarde.
    Si algo me gustaría que recordara de todo lo que he escrito es que las consecuencias para el futuro de nuestros nietos serán nefastas y toda la civilización que se pretende se irá abajo como consecuencia de pensar que estamos en un tiempo ajeno.

  • gustavog dijo:

    Es muy probable que el código de la familia que nos "proponen" se ajuste mucho a la realidad y expectativas de algunos países europeos en el siglo XXII. En algunos aspectos vitales no tiene nada que ver con la cultura y aspiraciones de la mayoría de los cubanos. Pretende imponer la voluntad de un reducido grupo de mucho poder mediático, que están ajenos a la realidad del país. Concretamente, el matrimonio igualitario y sobre todo el "vientre solidario", son inaceptables. Debo recordar que en nuestra cultura el matrimonio es una institución de carácter heterosexual que tiene como finalidad principal la procreación y crianza segura de los hijos. Los derechos de los homosexuales convivientes pueden garantizarse perfectamente mediante la regulación de la herencia y otros medios semejantes, sin necesidad de destruir al concepto de familia. Por este camino llegaremos al matrimonio múltiple, como algunos ya reclaman, o al matrimonio con mascotas y objetos inanimados, que ya existe en algunos lugares.
    Por otra parte, el "vientre solidario" es una aberración jurídica. ¿Dónde quedan los derechos de la madre que "prestó" su cuerpo? ¿Qué sucede si se arrepiente del acuerdo y quiere conservar a su hijo? ¿Realmente se puede garantizar que esta práctica no se convierta en vientre de alquiler, o sea en un negocio?

    • DavidS dijo:

      Sabia que el criterio de un homofobico no podia faltar aca, les asusta de manera impresionante la existencia de dos personas del mismo sexo que se amen y convivan juntos conformando una familia de nuevo tipo.
      Me sigo preguntando: en que les afecta a los heterosexuales que dos hombres se amen y quieran vivir juntos? acaso pone en peligro su masculinidad o su heterosexualidad?
      En la manera en que expresan sus preocupaciones, no quedan dudas....
      Acaso no estaran seguros de si mismos y temen que la existencia de los gays les cambie su sexualidad? sera?
      Aluden justificaciones a veces hasta infantiles y falta de veracidad para seguir imponiendo a toda costa su incontrolable machismo y homofobia, quieren imponer sus puntos de vistas por sus temores a como de lugar...sus derechos SI, pero los de otros NO...acaso es justo?

      • Marianna dijo:

        Ustedes se pasan, de verdad que si . No vivimos en Malta ni en Austria.
        Vaya y dígale homofobico a Putin en Rusia.

      • Preocupado dijo:

        Davids, asi como tenemos que tolerar las opiniones de los homosexuales, ellos tienen que tolerar las de los heterosexuales. Hay cosas en las que los apoyamos y otras que son irreconciliables. Ustedes son cubanos y seres humanos y ya tienen derechos, ejersanlos y dejen de pedir privilegios narcisistas

  • lolo23 dijo:

    Hola el articulo dice que: ¨Es necesario contar con los hombres para la transformación hacia una sociedad con equidad, y son imprescindibles sus propias transformaciones¨, a mi en lo personal me resulta curioso, pues no entiendo a que se refiere con las trasformaciones de los hombres, tranformarnos en que...

  • Bohemio dijo:

    En 1918, como dice el reportaje, se aprobó el divorcio en Cuba. Hoy en 2021 fomentamos el divorcio y convertimos en carga social a mujeres solteras con hijos Sigo pensando que el mejor entorno donde nace y crece un niño es con mamá y papá. Otras formas de familia “informales” se aceptan, pero no debieran fomentarse por las disfuncionales que crean. Lo que no hace el hogar, difícilmente pueda hacerlo la universidad o la sociedad. Es mi criterio. Saludos.

  • Ranglez dijo:

    El patriarcado le da más derecho al hombre, el matriarcado a la mujer, eso es indiscutible.
    En la familia debe existir amor, respeto, mucha cooperación, pero lo cortés no quita lo valiente. Una casa debe tener un guía, puede ser Hombre o Mujer, generalmente en Cuba la última palabra la tiene el hombre, es el caguayran de la casa, responsable de su sustento para mí, así es como debe ser. Quieren que el hombre se iguale a la mujer en tareas domésticas, pero nadie escribe que la mujer debería entonces igualarse al hombre en las tareas que este hace. Desde que existe la humanidad existen sus diferencias, el desarrollo ha traído como consecuencia que esas diferencias sean menos y que la mujer tenga más protagonismo en la sociedad, pero la familia no puede ser el diseño de un grupo de personas.
    Quieren inventar un pamatriarcado, eso no funcionara.

  • Lola Rodriguez dijo:

    Por favor hay algún valor establecido para la manutención que debe pagar un papá ausente, y si se puede reclamar con fecha retroactiva, que se necesita para hacer la demanda

    • Lazaro dijo:

      Vaya a Fiscalía o a Bufetes colectivos alli la podran asesorar de todo lo que necesita.

  • Marisol de la Torre dijo:

    Conozco casos de padres no violentos, cuyas madres les niegan la comunicacion con sus hijos. Mi esposo es uno de esos casos. La madre solo le pone a la hija por telefono cuando tiene una situacion en la que necesita mas dinero. La ley no ampara estas cosas. Creen ustedes q esa niña pueda tener un crecimiento sano si tiene una comunicacion limitadisima con su padre, a veces de solo una vez al mes y solo viendolo 4 dias al mes, los fines de semanas alternos? Ahora con la pandemia, mi esposo esta limitado a solo una llamada al mes, cuando a la madre le parece. La madre, en su poderio, usa a la niña para querer someter al padre. Esto solo se resuelve de forma violenta, porq la ley no lo ampara y mi esposo ha prefirido no usar la violencia, no con la madre de su hija, y no en la casa de su hija. Solo esta esperando a que la niña crezca y pueda comprender todo....yo creo q la ley deberia preocuparse porq los hijos de padres divorciados estan igual cantidad de tiempo con el padre y la madre. Deberia apoyar mucho mas a los padres en este sentido y no darle todo el poder a las madres. Hay mujeres que tienen buen corazon y hacen lo mejor por sus hijos, otras, como en este caso, piensan que el padre es una figura decorativa para pagar cosas y los alejan de los hijos sin piedad....acaso es esto justo?. Mi esposo sufre mucho en silencio y no es el unico caso que yo conozco...

  • meril dijo:

    Saludos. ¿Cuánto más tenemos que esperar para que acaben de aprobar el nuevo Código de las Familias? Si ya está más que estudiado, más que analizado por personas que sí saben de lo que se está diciendo en dicho Código ¿Por qué llevarlo de nuevo a consulta popular? ¿más de lo mismo? ¿Seguir escuchando barbaridades y ofensas por parte de personas retrógradas que no saben ni lo que están diciendo? ¡por favor!
    Mi voto es un SÍ rotundo.No lo dilaten más.

  • Bismarck dijo:

    Muchísimas mujeres quieren quedarse atendiendo a la familia y no es el resultado del machismo

    • Mumford dijo:

      El problema es cuando tienen que hacerlo por mandato y no por decisión. Eso sucede con la mayoría, y por machismo.

  • Marilyn dijo:

    Y que me dicen del caso de Holguin? Y que nadie intervino en esa locura hasta que botaron al recién nacido en un portal.

  • Denunciado lo mal hecho ..... dijo:

    Al final el hombre la pierde ante una situación de Justicia frente a una mujer ,aunque la mujer tenga la culpa , si el hombre va a una unidad a quejarse y a evitar algún altercado donde una mujer está aplicada ,te ignoran ,la PNR no hace nada ,a ,cuando hace, cuando agredes ,ahí te quieren meter preso y no tienen en cuenta la cantidad de veces que usted fue a la unidad a evitar una situación , conclusión ,nada favorece al hombre .

  • Lourdes dijo:

    En lo personal considero que el código de las familias atempera o contextualiza la realidad que hoy vivimos no se está hablando de aceptación sino de respeto y dar al prójimo sus derechos y más que eso preocuparnos más por cómo amamos al prójimo que como hace el Amor el prójimo,eso por un lado, coincido en lo importante que es el afecto que los padres deben ofrecer a sus hijos más allá del sustento económico y el nuevo código deberá recogerlo con los derechos que asisten a unos y otros y en cuanto al vientre solidario sólo quien no se ha visto o a tenido una amiga un familiar sin útero a los 27 no entiende que va más allá de que pueda ser violada y mal utilizada como cualquier otra oportunidad o ley y no por eso se le debe quitar la oportunidad a quien la necesita, considero la propuesta de Código muy atinada, naturalmente perfectible pero muy real Amémonos los unos a los otros y no invoquemos la voluntad de Dios que nos quiere FELICES gracias

  • Dianna dijo:

    Estoy muy de acuerdo...me parece muy bien... cambiar leyes machistas por leyes simplemente humanas; y los que deseen seguir esa tedencia de naturaleza mayormente abusiva pues, pueden tener la opcion de hacerlo mientras haya quien las soporte porque asi les guste... por otra parte sería tambien muy humano que ya acabáramos los homosexuales de tener en la sociedad los mismos derechos que los heterosexuales, se nos siguen marginando en aspectos como matrimonio y adopciones...por mucho que muchos quieran desaparecernos del planeta sucede que Dios tambien nos puso aqui y mientras podamos mantener una conducta decente y moral en la sociedad tal cual los llamados "normales" deberiamos tambien disfrutar de los mismos derechos, claro que para eso tendría cambiarse ese cliche de llamarse indecente a tener toda la libertad de elegir pareja sea cual sea su sexo o color, tal y como lo hacen los heteros...mi humilde comentario, muy a pesar de los dulces homofóbicos de por aqui, por favor, mis respetos.

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Enmanuel George López

Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades

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